En África, el nuevo santuario yihadista

Al Qaeda y el Estado Islámico reclutan y entrenan en esa franja que cruza diez países

Burkina Faso enfrenta desde 2015 ataques de grupos yihadistas. (AFP)
Agencias
Yamena y Nueva York /

La región del Sahel, en África, se ha convertido en el último reducto del terrorismo yihadista luego de la salida de Al Qaeda de Afganistán, donde los talibán permitieron que la organización extremista erigiera su principal santuario. Por ahí pasaron los principales implicado en los ataques del 11S.

Ahora, en una franja de 500 kilómetros que atraviesa de costa a costa el continente africano, organizaciones como la misma Al Qaeda y el Estado Islámico, entre otras, se asoman para captar adeptos y obtener recursos para financiar sus operaciones.

El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su temor de que el éxito de los talibanes dé alas a otros grupos alrededor del mundo y se mostró preocupado por el posible impacto en regiones como el Sahel.

La semana pasada los ministros de defensa de Chad, Burkina Faso, Mali, Mauritania y Níger (el llamado G5 al comprender a media decena de los diez países por donde cruza la zona de Sahel) alertaron que la retirada de tropas del primer país y la inminente reducción de militares franceses en esa región, permitirá que los grupos yihadistas continúen organizando ataques contra civiles, soldados y naciones.

Expertos en terrorismo internacional definen la región como “el gran refugio del terrorismo global”.

También es llamado “cinturón de hambre” de África, donde confluyen pobreza y delincuencia en medio de una gran sequía, un escenario ideal para reclutar potenciales extremistas.

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