Enrique Graue Wiechers busca reelegirse por un segundo periodo —de cuatro años— como rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y sabe que el principal reto es continuar brindando educación de calidad e incrementar la matrícula.
Sobre la inseguridad dijo que se ha hecho un gran esfuerzo en el combate, pero nunca son suficientes las acciones, porque continúa aumentando en el exterior, lo que afecta a los campus.
¿Por qué decir si va por otros cuatro años?
Porque estoy lleno de entusiasmo y con decisión de hacerlo. Van apareciendo nuevos retos, va uno consolidando logros y sobre esos se van creando nuevas ideas, con proyectos distintos y, a veces, complementarios a los anteriores; con el ánimo de ver aquello de largo alcance terminado, porque no todo se concluye. Todo esto me anima.
¿Cuáles logros y cuáles retos?
Logros de la universidad en general: la creación de cinco escuelas, un instituto, varios programas y 14 carreras nuevas. También el creciente prestigio internacional y lo que conseguí en investigación. La universidad ha avanzado en estos cuatro años. Retos: siguen siendo nuestros jóvenes, indudablemente, educar mejor y distinto, mejorar la calidad educativa y, eventualmente, aumentar la matrícula estudiantil.
¿Hay posibilidad de que ingresen cada vez más jóvenes?
Sí existe esa posibilidad y continuaremos procurando un incremento de la matrícula estudiantil, fundamentalmente con la creación de las nuevas escuelas; habrá oportunidad para incrementar y fortaleciendo algunas licenciaturas podremos crecer un poco más. Para crecer de forma significante va a ser difícil si no tenemos nuevas instalaciones. En Ciudad Universitaria ya no vamos a crecer específicamente más, pero está, por supuesto, la ENES-Mérida, que es una gran instalación y permitirá incrementar la matrícula, también están los proyectos concluidos en Juriquilla y hay un plan para ampliarlo y algunas licenciaturas de nueva creación que pueden permitir un incremento.
¿Seguirá el pase automático?
La universidad sigue siendo probablemente el primer lugar de aspiración, tanto para escuelas privadas como para públicas; el porcentaje global que cubre el pase reglamentado es poco más de 50 por ciento y resto es a través del examen de selección, de ellos más de 25 o 28 por ciento vienen de escuelas públicas. Sí existen mecanismos y seguirá el examen de admisión, porque sería imposible admitir a todos, es una demanda de 400 mil.
Sobre la inseguridad se han tomado medias importantes, como colocar alumbrado y vigilancia en ciertas zonas, ¿ha funcionado o ha sido suficiente?
Nunca es suficiente ante una inseguridad que es creciente en los sitios donde está la universidad. Muchos de los problemas de inseguridad que vivimos son consecuencia de la incidencia delictiva externa. Se han instalado cámaras en los espacios abiertos y puesto botones de emergencia, pero nunca es suficiente ante una inseguridad que es creciente en la zona. Aquí no tenemos ni tendremos vigilancia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
¿Y abierta la UNAM?
Abierta la UNAM, y cada vez más segura. Hay que decirlo, sí es una preocupación, pero en Ciudad Universitaria nuestras instalaciones son seguras.
¿Qué tan grave es el narcomenudeo alrededor de CU?
Se han cerrado giros negros en colaboración con autoridades de Ciudad de México y del Edomex, hemos trabajado muy estrechamente en eso. Se está haciendo un esfuerzo sostenido, esto no quiere decir que no exista el narcomenudeo y habrá que trabajar con la comunidad para ser conscientes del riesgo que implica.
¿Está a favor de la regulación de ciertas drogas?
Sí, por supuesto que sí. Aunque en los campos de estudio, como en cualquier nivel, nunca será bueno permitir el uso de drogas, disminuye la memoria y el desarrollo académico de las personas.
¿Cómo es su relación con los ex rectores?
Muy buena. Con todos ellos tengo una estupenda relación, algunos más estrechos generacionalmente conmigo, pero con todos ellos muy buena.
Hay una mujer que aspira a la Rectoría. ¿No cree que ya es tiempo de abrir esos espacios?
Por supuesto. La doctora Angélica Cuéllar es una gran directora y es una estupenda académica, me da mucho gusto que esté participando y la aprecio muchísimo en lo personal y a su compromiso que tiene con la universidad, y se refleja en su plan de trabajo.
¿Qué hará si no se queda?
En las dos estaría muy contento. De ganar, dedicarme como en estos cuatro años, con toda intensidad, esfuerzo y honestidad, sin ninguna otra pretensión. Si no quedara, regresaría a mi vida académica, mi vida familiar, con menor intensidad, igual de contento.
Sobre el auditorio Justo Sierra, ¿qué va a hacer ahí?
He procurado por todas las vías posibles invitarlos a que salgan. Hasta el momento, como es evidente, no he tenido resultado. Hubo un manifiesto allá en 2016, el Consejo Universitario se pronunció por su desocupación, pero también se pronunció por que fuera sin violencia y me he apegado a ese principio y seguiré en eso.
¿Cómo ve a la UNAM y al país en este contexto político y social?
La universidad debe transformarse conjuntamente con el país.
¿Cómo califica su gestión en estos cuatro años, de cero a 10?
No, eso no me toca calificarlo, le toca a la junta, hay siempre la percepción de que pudo haber sido más, pero déjame decirte que estoy muy orgulloso de mis colaboradores. Lo que no se ha logrado es porque no se ha podido hacer, hemos sentado las bases para hacer una transformación más rápida de la universidad.