Con 17 años de sus 37 de vida destinados al servicio público y la abogacía, Marco Bonilla Mendoza es hoy el candidato del PAN a la alcaldía de Chihuahua.
A pesar de ser considerado en las encuestas el candidato más fuerte, no deja de lado su sencillez y asegura que a la política le hace falta una buena reinventada. Su visión de vida es, entonces, dejar a un lado la opulencia y trabajar para los ciudadanos. Además de la función pública, su más grande pasión es su familia, a quien le dedica cualquier espacio libre en su agenda.
¿Quién es Marco Bonilla?
Un orgulloso chihuahuense padre de familia, esposo, amigo y trabajador, responsable, persistente y soñador; siempre trato de mejorar las cosas adonde llego. También soy algo aprehensivo y perfeccionista, me cae muy gordo cuando la gente hace cosas al ahí se va.
¿Cómo se visualiza en los próximos meses?
Ya me vi como alcalde. Estamos trabajando todos los días con alianzas, con sectores, definiendo las mejores estrategias para estar listos el 29 de abril y hacer una campaña innovadora, alegre, que haga un llamado a la unidad de Chihuahua, que contrarreste los discursos de odio y división que hoy genera Morena.
¿Qué le urge a Chihuahua?
Seguridad con más tecnología e inteligencia. También activar la economía, hay una mala política en materia fiscal del gobierno federal que, en lugar de incentivar, desanima y por la pandemia han cerrado muchos negocios. Se avecinan muchos proyectos ambiciosos junto al empresariado.
¿Por qué hay divisiones dentro de un mismo partido?
Creo que por la ambición de tener cierto cargo. Hay gente que decide cambiar veredas por caminos, y el camino que hoy más importa es recuperar a México. Muchas personas decían que en el PAN íbamos a salir fracturados, pero hoy los cinco aspirantes a la alcaldía cerraron filas con un servidor y colaboran en diferentes áreas. Eso me motiva, porque al final todos sabemos que lo que importa es Chihuahua y trabajamos en el mismo objetivo.
¿Camina ligero por la vida?
Camino ligero porque no debo ni tengo nada que temer. Tengo 17 años en el servicio público (cargos municipales, estatales y federales), no tengo una sola sombra en mi pasado de corrupción, en lo absoluto, y eso está a la vista de todos. He entendido el concepto de servidor público, que al final de cuentas es servirle a la ciudadanía.
¿Cuál es su mayor pasión?
Mi familia es lo que más disfruto. Amo ser un papá joven por la genial comunicación y confianza. Fui papá a los 22 y nació Marco, que hoy tiene 15 años, después Pablo (10) y Mateo (2). Mi esposa Karina es la mujer que siempre soñé: una mamá entregada, una esposa que hace equipo conmigo para todo y eso me encanta.
¿Sueño por cumplir?
Construir una ciudad más solidaria, incluyente, competitiva, con mejores condiciones de empleo.
¿Qué es lo que más detesta?
La corrupción. Me causa urticaria oír que el que no transa, no avanza. Es una cultura que tenemos que erradicar. A eso estamos llamados las nuevas generaciones de políticos, a tener una vida sencilla, cercana, humilde que se refleje realmente; estamos ahí por servir y no por otra cosa. La mentira y la burocracia son un cáncer para este país y tenemos que transformarnos en gobiernos eficientes y eficaces.
¿Quién te inspira?
Mis hijos me inspiran a ser un buen político y ser humano y así poder heredarles una mejor ciudad. Me inspiran mis padres, de ellos viene la cultura del esfuerzo. Mi papá se fue de ilegal a EU hace muchos años y con mucho trabajo construyó una empresa exitosa por allá. Mamá sacó adelante a sus tres hijos sola. Es una guerrera. Don Luis H. Álvarez y Francisco Barrio son dos referentes de lo que me gustaría hacer en la política.
¿Cuál es su mayor miedo?
Que les dijeran a mis hijos: tu papá se comportó mal. Al contrario, creo que uno por aspiración propia debe hacer, primero que nada, que tu familia se sienta orgullosa. Mi mayor aspiración es que cuando termine el gobierno pueda ver a los ciudadanos a los ojos, estrechar la mano y decirles “misión cumplida”.
¿A quién admira?
A Martín Luther King y a Sergio Fajardo, quien fue alcalde de Medellín. Transformó la ciudad más violenta del mundo en una mucho más educada, con parques, bibliotecas, colegios de calidad y una cultura del emprendimiento.
¿Algún pasatiempo?
Ver a mis hijos jugar futbol y a veces videojuegos; disfrutar películas de acción y aventuras.
¿Comida y trago favorito?
Soy un fanático de los tacos, el pozole y los mariscos. Tomo tequila y cerveza de forma ocasional, pero soy amante de los buenos vinos y, para mí, los mejores son los de Chihuahua.
¿Música preferida?
Mi familia es de rancho, así que crecí oyendo la música regional mexicana. Me gusta la Banda MS, El Recodo, Los Recoditos, Los Invasores de Nuevo León y también Timbiriche y Luis Miguel. _