La historia de Los Zetas es de sobra conocida. Militares de elite son enviados a la PGR para reforzar el combate a las drogas. Ahí se dejan contaminar por las tentaciones del crimen organizado y terminar por cambiar de bando. Sirven primero como brazo armado del Cártel del Golfo. Pero un día comprenden que pueden operar por cuenta propia y se vuelven el azote del país. Desatan una violencia que no se había conocido hasta entonces. A ellos se atribuye la creación de un nuevo modelo de operación criminal, que consiste en apoderarse de las rutas del narcotráfico y de los negocios ilícitos que funcionen dentro de éstas: de la “piratería” a la trata de personas, y todo lo que quepa entre ambas.
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