Muchos años antes de que Joaquín El Chapo Guzmán fuera considerado el narcotraficante más poderoso del mundo y se le dictara cadena perpetua en una cárcel estadunidense, el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) seguía sus pasos, entre otras cosas, por los narcotúneles en la frontera y el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.
Así lo revela un expediente, obtenido por MILENIO vía transparencia, el cual fue elaborado antes de que existieran internet y los dispositivos electrónicos inteligentes.
El FBI siguió muy de cerca las actividades del capo tras ser capturado por primera vez en Guatemala. El expediente lo hizo a través de recortes de periódicos, desde el verano de 1993 y hasta el invierno de 1994.
La oficina del buró en San Diego reportaba desde hace 27 años el relato pormenorizado de los pasos de Guzmán Loera, quien en ese momento era prófugo de la justicia mexicana tras ser implicado en el asesinato del cardenal Posadas Ocampo.
“Un importante narcotraficante buscado en relación con el asesinato de un cardenal católico romano está bajo custodia después de ser capturado por las autoridades guatemaltecas, dijo el fiscal general de México (Jorge Carpizo) ayer”, se reporta en el documento 92C-SD-50684D32-22 del expediente.
Más adelante, otro informe explica que los hermanos Arellano Félix (Javier y Ramón) podrían estar detrás del crimen, a los que se le comprobó que abordaron el vuelo 110 de Aeroméxico con destino a Tijuana minutos después del incidente, junto a otros seis hombres, dos de los cuales no tenían pases de abordar.
El vuelo aparentemente despegó de Guadalajara a pesar de que las autoridades, supuestamente, cerraron el aeropuerto.
"Durante una búsqueda en sus casas de Tijuana (de los Arellano Félix), dijeron las autoridades (mexicanas), encontraron dos recibos de boletos de Aeroméxico para un vuelo desde Guadalajara, bajo los nombres de Héctor Moreno y Roberto Robles", detalla el documento de inteligencia estadunidense.
Si bien la versión oficial de las autoridades mexicanas es que el cardenal fue una víctima colateral de un atentado en contra de Guzmán Loera orquestado por los Arellano Félix, a casi 30 años su asesinato se mantiene impune.
En el expediente, El Chapo es descrito como el “más inteligente y más organizado” que otros narcotraficantes que operaban en esa época. “Es probablemente el narcotraficante número uno en México”, dijo un oficial de control de drogas. Incluso se le vinculaba con barones de la cocaína en Colombia y de la heroína en Tailandia.
Sin embargo, en múltiples ocasiones el dossier recoge las declaraciones de Guzmán Loera al llegar al penal de Almoloya en el Estado de México, en donde insistió frente a la prensa que únicamente era "un productor de maíz y frijoles y un vendedor de alimentos en Sinaloa".
En el documento 92C-SD-50684SubD32-25, el FBI da cuenta de un narcotúnel de casi medio kilómetro de largo que en México empezaba en los alrededores del aeropuerto internacional de Tijuana y en Estados Unidos terminaba en la comunidad de Otay Mesa. Se le atribuyó a El Chapo Guzmán y a Héctor El Güero Palma.
Otro texto,compilado bajo la clave 92C-SD-50684SubD32-48, informa sobre Alberto Parra Zamora, quien era el propietario del almacén en San Diego a donde el narcotúnel pretendía llegar, pero que quedó incompleto, por lo que las autoridades estadunidenses lo acusaron de lavar dinero para El Chapo.
En otro reporte, que relata la guerra que el cártel de Sinaloa emprendió contra el cártel de los Arellano Félix a mediados de los años 1990, de manera anónima un agente de la DEA (Administración para el Control de Drogas) radicado en Texas, describe al Chapo como "vicioso", pero no da más detalles al respecto.
Posteriormente, el mismo agente vincula a Guzmán Loera con el asesinato de Rafael Aguilar Guajardo, un espía de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS) y considerado el fundador del cártel de Juárez.
"Recientemente, uno de los del cártel de Juárez fue asesinado en Cancún (...) se especula que Guzmán estuvo involucrado en eso", sostuvo el agente en uno de los reportes compilados por el FBI.
En la parte final del expediente, se encuentra una columna política, firmada por la nominada al premio Pulitzer S. Lynne Walker, que trata la sucesión de Carlos Salinas de Gortari señalando a Luis Donaldo Colosio como el candidato natural para llegar a la presidencia y reportes de algunos asesinatos sucedidos en Tijuana en 1994. En ninguno de estos documentos finales se menciona directamente al Chapo.
ledz