El diagnóstico de fallas de la Línea 12 del Metro hecho por la empresa Systra en 2014 descartó que la infraestructura civil construida para sostener las vías pudiera resultar afectada por la vibración al paso de los trenes férreos.
“En relación con la infraestructura civil, el comportamiento de las obras en el tramo en viaducto es normal, no hay riesgo de desarrollo vibratorio bajo el paso de los trenes por problemas estructurales”, dice el informe elaborado por la firma francesa.
Dicho diagnóstico fue encargado por el gobierno de Ciudad de México, entonces encabezado por Miguel Ángel Mancera, para conocer las causas que ocasionaron el desgaste irregular de las vías de la llamada Línea Dorada.
El estudio reveló que “los diferentes componentes de la vía (rieles, durmientes, sistema de fijación) tomados individualmente están conforme a las normas internacionales, con la excepción del balasto, el cual cumple con la norma contractual; sin embargo, se encuentran en los límites de las tolerancias permitidas por dichas normas las rupturas de ciertos componentes son la consecuencia del desgaste ondulatorio o de defectos de construcción de la vía o de una combinación de ambos”.
Además, precisó que “el desgaste ondulatorio está presente principalmente en las curvas con radios inferiores a los 350 metros y en las vías desviadas de aparatos, de ello se deduce que el desgaste ondulatorio es producido por el reducido radio de curvatura, ya que es el único parámetro común entre ambas configuraciones: los aparatos se colocan sin peralte y se recorren a una velocidad reducida”.