“Estuvimos 14 horas sepultados, sin esperanza de ser rescatados”: Carlos Peralta

Entrevista

El profesor Carlos Peralta Valle laboró durante 16 años en Haití hasta que la tarde del 12 de enero de 2010, un terremoto destruyó todo su entorno, enterrándolo junto con 4 de sus alumnos.

El temblor cobró la vida de 316 mil per- sonas, de acuerdo con cifras oficiales. CUARTOSCURO
Héctor Benavides
Monterrey /

Dedicado a Víctor Hugo Michel y Lisset Romero

Después de una estancia de 16 años en Puerto Príncipe, Haití, el profesor mexicano Carlos Peralta Valle fue sorprendido por el terremoto del 12 de enero de 2010.

Siete días después fue trasladado a la Ciudad de México para recibir atención médica. Vía telefónica lo entrevistamos para Cambios.

¿Estuvo usted sepultado bajo los escombros durante 14 horas?

Sí, así fue. Estuvimos unas 14 horas sepultados entre los escombros de mi escuela, sin muchas esperanzas de ser rescatados, ya que los equipos de rescate de la ONU y de otras instituciones nos abandonaron.

Su mamá, doña Adela, declaró que usted le había confiado que alguien que se identificó como brigadista de la ONU le dijo que tuviera calma y que él regresaría para rescatarlo a usted y sus alumnos y no volvió, y finalmente fueron otras personas las que los rescataron.

Sí, un grupo de haitianos sin herramientas, sin nada. Pasaron mucho tiempo buscando algo hasta que encontraron un pequeño martillo y golpearon durante horas y horas. Ese martillo se les rompió muchas veces, pero ellos no escatimaron esfuerzos hasta salvarnos y sacarnos de ahí.

¿A usted y a cuántos más?

Sacaron vivos a tres de mis alumnos. Lamentablemente uno ya había fallecido y sacaron cuatro personas más (otros tres estudiantes y un profesor).

¿Cómo sintió usted el movimiento?

Es una sensación de mareo, es muy fuerte cuando esto pasa, miro a mis estudiantes, estaban aterrados. Ellos intentaron correr hacia las escaleras y yo les dije que no lo hicieran porque es más peligroso.

Yo recuerdo, y sé que las escaleras no son seguras, que son las primeras que colapsan. Entonces los traté de sacar al balcón, pero ya no tuvimos tiempo y casi inmediatamente se viene abajo el edificio.

Cuando estaba atrapado bajo los escombros, ¿se desesperó y trató de suicidarse?

Sí, pero no era desesperación, era el dolor tan fuerte, porque yo caigo entre tres sillas, una de esas sillas estaba clavada en la ingle hasta el pecho, hasta los pulmones; tengo otra en el cuello, ésta me debió matar, pero me salvé. Tenía otra en la cabeza que me estaba desangrando literalmente. Mis alumnos me hablaban y me suplicaban ayuda y no me podía acobardar. Les aconsejaba cómo respirar, relajando los músculos, incluso pidiéndoles que se durmieran y les velaría el suelo.

Se tiene la percepción de que en Haití hay corrupción…

Es un gobierno anárquico que no tiene ninguna relación con sus gobernados, cada quien hace lo que puede como puede, como Dios le da a entender. Haití se mantiene alejado del resto del continente y del mundo. Yo estoy agradecido con quienes nos salvaron, nos rescataron de los escombros. Pasaron muchas horas diciéndonos que no nos rindiéramos, ni yo ni mis alumnos.

Se asegura que esta tragedia es la más grave ocurrida a un pueblo de América en los últimos 50 años.

Si yo pudiera ahora mismo estaría de regreso y me pondría a trabajar en la reconstrucción, sin embargo, mi estado físico no me lo permite.

Ellos me ayudaron a sobrevivir y yo me siento en deuda, me siento parte de su cultura. Formo parte de un grupo que les ayudaron sin ningún interés, llegué hace 16 años. El 50 por ciento de mis labores educativas son de manera voluntaria. Yo tengo mucha fe en Haití y su gente.

¿Dejó usted en Haití a alguien?

Sí, voy a regresar tan pronto pueda para buscarla, estoy seguro de que está viva, pero estoy preparado por si no es así.

Pues que sea así, profesor Peralta, que la encuentre viva a ella y que se reúna de nuevo con quienes lo rescataron a usted y le salvaron la vida.

Muchas gracias por sus buenos deseos.

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