Al menos 80 pequeños comercios del Centro Histórico han sido víctimas de extorsión a través del esquema de préstamos “gota a gota” que encabezan colombianos.
De acuerdo con el líder de comerciantes de la organización Procéntrhico, Guillermo Gazal, esta forma de extorsión a través de préstamos es nueva, pero sólo es una de las formas de delincuencia que sufre el sector en la zona centro.
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"Es un modus operandi relativamente nuevo, es un grupo que viene de Colombia pero al final del día esto no es nuevo, Procentrhico lleva por lo menos ocho años denunciando esto, el famoso derecho de piso se está cobrando desde que se identificó al grupo de La Unión, a los grupos de Tepito y muchos solamente han logrado que este problema se incremente de manera exponencial y se han perfeccionado", explicó.
Remarcó que todos los casos ubicados en el centro son de dueños de pequeños comercios y vendedores ambulantes.
"Estas personas están con mucho temor, mucho temor no saben si en este momento las declaraciones de la jefa de Gobierno puedan servir para atacar el problema o lo desaten", apuntó.
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Dijo que los comerciantes están muy preocupados por la situación de inseguridad porque el problema se ha ido agravando con el paso de los años y más durante el sexenio anterior cuando se negó la existencia del crimen organizado en la capital.
"El doctor Mancera lo único que hizo fue negar la existencia de grupos de delincuencia organizada hasta en tanto no fue más que evidente y más que necesario hacer de la opinión pública que están y siguen sucediendo en esta ciudad", agregó.
Este miércoles, el gobierno de la Ciudad de México reconoció que existe una red, principalmente de colombianos, que ofrecen préstamos con altos intereses a comerciantes y quien no paga, es víctima de robo de su mercancía, amenazas y hasta golpes.
Esta red, está conformada por cerca de mil 500 personas sudamericanas que llegaron como turistas y que desde 2015 ofrecen créditos de entre 2 mil y 60 mil, con supuestas facilidades e intereses muy bajos. Remarcó que la deuda se vuelven como un derecho de piso porque los intereses moratorios elevan los intereses hasta un 50 por ciento anual.
EB