México se encuentra en el puesto 43 del Índice Global de Seguridad Alimentaria, con un puntaje del 69.1 por ciento. Sin embargo, la desaparición de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND) y la reducción de apoyos al campo plantean un cambio en este panorama, explica el diputado federal Felifer Macías Olvera.
La disponibilidad de alimentos es el aspecto más débil de México, ubicándose en el puesto 54 a nivel mundial y en el 10 en Latinoamérica. La falta de inversión en investigación, desarrollo e infraestructura agrícola, así como en la cadena de suministro, es la causa principal.
Con la desaparición de la FND y la reducción de apoyos financieros, México podría experimentar inseguridad alimentaria, pues sin acceso a crédito y recursos económicos, los agricultores tendrán dificultades para invertir en tecnología y modernizar sus operaciones.
“Ante este panorama, es necesario implementar estrategias y programas para suplir el vacío que deja la FND. Se deben buscar alternativas de financiamiento, promover la capacitación y la adopción de uso de tecnologías, así como fortalecer la investigación”, indica el presidente de la Comisión de Justicia.
Actualmente, el sector primario mexicano aporta el tres por ciento del PIB; en 2022, la balanza comercial agroalimentaria registró un superávit de cinco mil 077 millones de dólares, gracias al incremento en las exportaciones. Sin embargo, números recientes demuestran que el país descendió al puesto 81 en suficiencia de suministro en el pilar de disponibilidad.
“México cuenta con más de 126 millones de habitantes, ubicándose en el puesto 11 de los países más poblados del mundo. Por ello, no podemos arriesgarnos a caer en una disminución en la producción agrícola y en una mayor dependencia de las importaciones de alimentos, poniendo en riesgo la autosuficiencia y soberanía alimentaria del país”, argumenta Macías Olvera.
Aunado a la desaparición de este organismo, el problema de la inseguridad y la violencia en algunas regiones de México también afecta la seguridad alimentaria. La violencia en el campo dificulta la producción y el acceso a los alimentos, así como el funcionamiento de los mercados.
“Es esencial fortalecer la seguridad en las zonas rurales y brindar protección a los agricultores para garantizar un entorno seguro y propicio para la producción de alimentos. Esto implica una acción coordinada entre las autoridades, las fuerzas de seguridad y las comunidades locales”, dijo Felifer Macías.
“Se deben implementar estrategias de prevención del delito y combate a la violencia, debemos establecer en la ley penas más duras para quienes atenten contra nuestra seguridad alimentaria”, enfatiza el queretano.
“Reconozcamos y valoremos el papel fundamental que desempeñan los agricultores en nuestra sociedad, y trabajemos juntos para promover un sistema agrícola resiliente, sostenible y justo para el beneficio de todos”, puntualiza Felifer Macías Olvera.
LG