El Ferrari rojo que une a Peña Nieto y López Mateos

A los ex presidentes Adolfo López Mateos y Enrique Peña Nieto los une su origen mexiquense y priista y ahora también la existencia de un auto que fue propiedad del primero y supuestamente terminó en manos del segundo.

Peña Nieto dijo que López Mateos fue el ex presidente que más admiraba. (Jesús Quintanar)
Heliodoro Cárdenas
Ciudad de México /

El Ferrari Rojo, el Autódromo Hermanos Rodríguez, Jesús Martínez Palillo, la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca, Adolfo López Mateos, las privatizaciones, Javier Duarte, Enrique Peña Nieto y Emilio Lozoya han pasado a formar parte de una misma leyenda, pese al tiempo y el espacio que separa a unos de otros.

Y es que el tema del Ferrari Rojo que le regaló el ex gobernador de Veracruz (ahora preso) Javier Duarte, al ex presidente Enrique Peña Nieto (quien aparece en las denuncias de corrupción del ex director de Pemex, Emilio Lozoya) se conjuga con la afición que tuvo López Mateos por los autos, la velocidad y las carreras de coches.

Son fuertes los símbolos que los entrelazan: se trata de los dos únicos presidentes mexiquenses que ha tenido nuestro país. Ambos del PRI, partido del que se gestó un grupo de poder económico y político capaz de imponer gobernadores y amasar grandes fortunas, conocido como Grupo Atlacomulco del que Peña Nieto fue uno de los hijos predilectos.

Ambos abogados. Uno con sus aficiones a la velocidad, a los autos, al buen vestir, los lujos y, el otro, admirador del primero y con ganas de emularlo en todos los aspectos, quizá menos en la honestidad; uno nacionalista y el segundo reformista privatizador.

Es poco más de medio siglo de diferencia entre uno y otro en el que más que la militancia política, los conectó el ahora famoso Ferrari rojo, que al primero llegó como regalo de un empresario y, al segundo, como obsequio de un gobernador acusado y preso por corrupto, según denunció su ex colaborador y ex director de Pemex, Emilio Lozoya.

La fama de López Mateos por su afición a los coches y la velocidad era conocida por todos. (Fototeca MILENIO)

​La correlación de todos los personajes y acciones arranca en 1958, cuando el entonces presidente, Adolfo Ruiz Cortines, inauguró la Ciudad Deportiva de la Magdalena Mixhuca, de la que a la fecha casi el 60 por ciento de sus instalaciones han sido privatizadas, luego de que en ella se construyeron la Sala de Armas, el Velódromo y el Palacio de los Deportes para los juegos Olímpicos de México 1968.

El estadio de fútbol y atletismo lleva el nombre del comediante Jesús Martínez Rentería "Palillo", quien invirtió en el crecimiento de este complejo de 92 hectáreas pensadas para el esparcimiento, convivencia familiar, desarrollo deportivo amateur y profesional.

A la llegada de Adolfo López Mateos a la Presidencia de la República el 1 de Diciembre de 1958, se termina la construcción del Autódromo Hermanos Rodríguez, promovida por el señor Pedro Rodríguez (obsequiador de los Ferrari) y se inaugura en 1959.

La fama de López Mateos por su afición a los coches y la velocidad era conocida por todos y se dice que cada año religiosamente recibía como regalo un Ferrari último modelo.

En aquellas épocas quien quería quedar bien con el poder hacía buenos regalos, esas prácticas continúan a la fecha, pero ahora las componendas son mucho más elevadas y fue así que uno de los Ferrari que perteneció a López Mateos (el de color rojo) terminó en manos de Enrique Peña Nieto cuando en un aniversario del Día de la Marina, en Veracruz, el ahora preso y entonces gobernador Javier Duarte, le entregó de regalo la llave y los papeles del vehículo.

Así lo narra el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, en la denuncia que presentó ante la FGR por actos de corrupción contra varios políticos de muy alto nivel:

"Javier Duarte se le acercó en las escalerillas del avión presidencial y le entregó una carpeta al presidente…Enrique Peña Nieto nos dijo: 'miren lo que me regaló el gober' mostró las fotos del Ferrari con un texto: -Este Ferrari perteneció al presidente López Mateos- y a un lado estaban las llaves del auto".

Los Ferrari no eran los únicos autos deportivos y de lujo que estaban en la pasión de López Mateos; un artículo de la revista electrónica Motorpasión México, da cuenta que el ex mandatario también era afecto a los Maserati, del que se construyó la versión México en su honor.

“El Maserati México fue presentado por primera vez en el Auto Show de Turín de 1965, sólo como vehículo de exhibición. Aquel prototipo utilizaba el chasís de un Maserati 5000GT accidentado, que pertenecía al expresidente.
“Al entrar a producción, en agosto de 1966, la marca decidió bautizarlo con ese nombre en honor a López Mateos, a quien fue entregada esa primera unidad de exhibición”.
En exposiciones de autos clásicos es común ver vehículos que pertenecieron a López Mateos. (Jesús Quintanar)

Pero hay otra historia interesante de un Ford Lincoln modelo 1960 que también fue propiedad del ex mandatario y, como lo muestra un trabajo de EcatepecTV, pasó a manos del señor José Cecilio Luna Olivares, del pueblo de Santa María Chiconautla, en Ecatepec, quien ha presumido el vehículo en perfectas condiciones, por las calles de su comunidad, con factura original y sin aceptar las ofertas de compra que alcanzan hasta el millón de pesos.

En el 2015, en San Juan del Río, Querétaro, se realizó una subasta de autos clásicos y uno de ellos se ofertó así: Chrysler 300 K

Este es un vehículo muy difícil de ver, debido a que sólo se fabricaron tres mil 647 unidades. Este modelo en particular tiene un doble valor, ya que fue propiedad de Adolfo López Mateos, durante su periodo presidencial y se trata de un auto que nunca ha sido restaurado, además de que cuenta con 35 mil 594 millas originales en el odómetro.

El Chrysler 330 K es impulsado por un motor V8 de 6.8 litros que desarrolla 380 caballos de fuerza y un torque de 470 lb-pie. Con una velocidad superior a los 200 km/h. La puja por este auto comenzó con 450 mil pesos.

Experto en clásicos duda del Ferrari

El PRI y el Ferrari, dos elementos que están en la agenda política del país en la que el tema de la corrupción y su combate están en la primera línea del actual gobierno, junto con el de la violencia.

El presidente de la Federación Mexicana de Automóviles Antiguos y de Colección, Luís Silva, dudó sin embargo que el mítico Ferrari rojo pudiera haber estado en manos del exgobrnador Javier Duarte y menos que haya pasado a Peña Nieto, quien no ha mostrado ser aficionado a los automóviles y menos a los de colección.

Se necesita tener pasión, gusto y tiempo para tener un auto de colección y un Ferrari como el que dicen tendría 60 años de edad y si existió, Peña solo pudo haberlo manejado dos o tres veces, pero no era alguien que le gustaran ese tipo de cosas, porque según dicen le daba por el golf.

El experto en automóviles antiguos, comentó que hay muchas anécdotas en torno a los supuestos carros presidenciales; “he visto algún Mercedes Benz, otro Ferrari que perteneció a los hermanos Rodríguez y después fue de la Presidencia, pero no hay mucha documentación que pruebe que dicho vehículo haya sido o no de López Mateos, aunque sí sabemos entre los aficionados que ese fue el presidente que más gustó de los coches clásicos, de los coches rápidos, de los deportivos, pero solo eso”.

ledz

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