Sin transparencia y sin acceso a la información pública, la lucha contra la corrupción puede volverse una utopía, advierte Francisco Javier Acuña Llamas, comisionado presidente del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).
“Creemos que (el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador) debe cumplir con la transparencia. Sus banderas son la severa austeridad republicana y la lucha contra la corrupción, sin transparencia y el acceso a la información pública, estas dos banderas se pueden volver utopía”, dijo en entrevista con MILENIO.
Agregó que los comentarios de AMLO sobre el instituto forman parte de los momentos más amargos durante su periodo como presidente del organismo, que asumió en 2017 y concluirá este jueves.
“Cuando nos refiere con esos tonos y términos claro que suscita que la institución reciba muestras de desagrado. ¡Es el Presidente de la República! No hay más fuerte agravio cuando profiere una expresión de desaprobación y menciona que solo costamos y no somos útiles. Es terrible”, confiesa Acuña.
“Para aguantarlo hay que tener mucho estómago y mucho cerebro para ser inteligentes, nunca responder en términos torpes, pero sí estar firmes, nunca perder la cabeza erguida”, añade, a unos días de entregar la estafeta a alguno de sus compañeros que aspiran a sucederlo: Blanca Lilia Ibarra y Óscar Guerra Ford, quienes pueden representar un giro en la relación del INAI con el gobierno federal.
¿Qué INAI es el que va a entregarle a su sucesor?
Dejo una institución sensata, pues no busca desaparecer del mapa para no molestar ni llevarse el peligro de un reproche o de un ataque; valiente, que hace su deber, pero tampoco se le debe aplaudir; inteligente, que no ha roto con el gobierno ni ha ofendido, al contrario, asimilamos, y que se ha demostrado que puede hacer lo que le toca.
Aunque son tres los momentos más difíciles que Acuña enfrentó (los otros dos son la muerte del comisionado Carlos Bonnin, quien cayó de la terraza de la sede del instituto, y los sismos de 2017), dichas acusaciones han sido los instantes que más ha tenido que aprender a sortear.
“Ni siquiera podemos responder, pues se refiere casi siempre, al IFAI de 2002, 2003”, destaca.
Dice que, como actor político en el que se convirtió al estar al frente de una institución tan señalada por el Poder Ejecutivo, tuvo que aprender habilidades de boxeador.
“Uno debe responder con contundencia, en el ámbito estricto y en el aspecto justo de lo que nos toca decir, pero también ser muy hábil como los boxeadores, absorber el golpe y no hacer mueca”, señala.
Son embargo, ante las críticas, dice Acuña, involuntariamente el Presidente los mantiene vigentes.
“Eso nos da visibilidad, digámoslo así, bajo el adagio que alguna vez usó Reyes Heroles: ‘Lo que soporta, lo que no destruye aun siendo adverso, apoya’”, comenta.
Recuerda que el 14 de febrero de 2019 enviaron una carta que López Obrador no respondió, donde proponían un encuentro para explicarle la labor del INAI.
¿Cree que eso le hace falta?
Creo que el Presidente tiene una visión clásica del gobierno, una convicción que el Estado debe ser más tripartito en sus campos de las funciones básicas, y que haya otros organismos especializados o autónomos para vigilar a los otros no parece que está en la comprensión de una visión del Estado moderno.
En transparencia y acceso a la información, ¿cómo se ha comportado el gobierno?
Esta administración debe cumplir con transparencia. Sus banderas son la severa austeridad republicana y la lucha contra la corrupción; sin transparencia ni acceso a la información pública, estas dos banderas se pueden volver utopía.
Aunque dejará el cargo de presidente del INAI, a Acuña aún le quedan más de dos años como integrante del pleno, pues fue designado por el Senado para formar parte del instituto de 2014 a 2023.