Fresh Kills, el vertedero donde ubicaron escombros y cadáveres de las víctimas del atentado a las torres gemelas

Ubicado en Staten Island, Nueva York, refleja la conmoción por los atentados en Estados Unidos, mientras algunas familias rechazan la idea de que ese espacio se transforme en un parque conmemorativo.

En Nueva York habilitaron un vertedero donde se encuentran los escombros de los ataques del 11-S.| Foto: AFP; Diseño: Oscar Ávila
AFP
Estados Unidos /

El sitio Fresh Kills, en Staten Island, en Nueva York, no es solamente un vertedero más en Estados Unidos, es también el símbolo para algunos de resiliencia, aunque también es una herida abierta ya que es en ese lugar donde llegaron a parar los escombros, juntos con partes de cuerpos humanos, que ocurrieron tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

La actual colina que hay en uno de los principales estados protagonistas de los ataques terroristas de hace 20 años, fue un vertedero cerrado en marzo de 2001 y reabierto seis meses después luego de la caída de los aviones en territorio estadunidense.

Hoy es un lugar que genera consternación para algunos familiares de las víctimas, especialmente para las que estaban en el World Trade Center de Nueva York, debido a que en el espacio de Staten Island quedaron los restos del atentado a las Torres Gemelas.

Dennis Diggins dirigió los trabajos de traslado de escombros en Nueva York. | AFP

Los primeros camiones llegaron la noche del 11 de septiembre de 2001 y durante diez meses Dennis Diggins dirigió los trabajos de traslado de 600 mil toneladas de escombros de la “Zona Cero”.

"No sé cómo sería si tuviera un familiar aquí. Pero les puedo decir que el material ha sido tratado con el mayor respeto", recuerda Diggins 20 años después.

“No está mezclado con basura, hay una separación“, agrega desde lo alto de la colina desde la cual se ve el Bajo Manhattan.

El área se convirtió en una pequeña ciudad, con miles de empleados de saneamiento, policías, agentes del FBI y del Servicio SecretoTodos ellos peinaron el sitio en busca de pistas, objetos de valor y restos que pudieran ayudar a identificar a las víctimas.

Kurt y Diane Horning estaban entre los familiares de fallecidos en esos ataques que visitaron rápidamente el área. Su hijo Matthew era un administrador de bases de datos que murió cuando la Torre Norte se desplomó una hora y 42 minutos después de que fuera impactada por uno de los aviones secuestrados.

Diane y Kurt Horning, padres de Matthew, quien es víctima de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. | AFP

Se estresaron apenas al llegar: el sitio estaba lleno de gaviotas y barro. Encontraron una tarjeta de crédito, un zapato, un reloj. Un trabajador les dijo que durante los primeros 45 días, por falta de equipos, trabajaron con rastrillos y palas.

“La idea era trabajar dentro del presupuesto, rápidamente (…) ‘Vamos a mostrar la capacidad de recuperación del país y no detenerse en los muertos’. Y eso fue lo que hicieron“, afirma Diane.

Diggins asegura en cambio que ni él ni sus trabajadores trataron el área como un vertedero normal y operaron “con respeto”.

“Siempre se supo que había restos humanos. Nunca dejamos de pensar en eso“, dice, visiblemente emocionado.

Afirma también que una vez que los camiones dejaron el sitio contrató a buzos para que registraran el muelle circundante y se aseguraran de que nada hubiera quedado sin inspeccionar.

La dura batalla que enfrentaron las familias

Entre el inicio y el final de la operación, la colina, que ofrece una vista impresionante del Bajo Manhattan, donde estaban las Torres Gemelas, se elevó más de 25 metros.

Separada del resto de la colina por una capa aislante, el conjunto de escombros estaba cubierta por lonas de plástico.

Se encontraron varios objetos personas de las personas que estuvieron en el World Trade Center de Nueva York en el 11S de 2001. | AFP

Los Horning creen que áreas del cuerpo de Matthew están enterrados allí. Hasta el día de hoy solamente se ha recuperado un fragmento de hueso de su hijoSus intentos de retirar todos las partes humanas fueron rechazados por el gobierno de la ciudad, entonces a cargo del alcalde Michael Bloomberg.

"Fue una doble pérdida. Algunos fanáticos decidieron que era una buena idea hacer volar a mi hijo por los aires. Pero luego mi propio gobierno decidió que no era lo suficientemente bueno como para enterrarlo", dice Diane.

Los Horning y otras familias propusieron que las extremidades humanas fueran enviadas a otros sitios en Fresh Kills que nunca habían albergado basura, pero no lo lograron.

En 2005, 17 de esas familias decidieron iniciar acciones legales. Intentaron que el caso llegara a la Corte Suprema, pero los jueces se negaron a examinarlo.

“Me sentí personalmente responsable de haber arrastrado a las otras familias en eso. Ahora no tienen esperanza y debo vivir con eso“, lamenta Diane.

El sitio todavía arroja más de 40 mil metros cúbicos de metano por día de la basura en descomposición depositada allí desde hace muchas décadas.

Cuando sea seguro, las autoridades de Nueva York planean abrir en el sitio un parque conmemorativo en 2035. Pero los Horning no están interesados en esa propuesta.

"Es un basurero. Es como si en la mañana de Navidad le entregas a tu hijo un paquete bellamente envuelto y cuando él lo abre hay basura dentro", afirma Diane.

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