La utilización de las Fuerzas Armadas en tareas de combate a la delincuencia organizada no ha tenido resultados positivos; sin embargo, se les sigue dando participación en actividades propias del ámbito civil, lo que representa “un riesgo altísimo”, dijo la directora general de México Unido Contra la Delincuencia (MUCD), Lisa Sánchez.
Durante el foro virtual Militarización, militarismo y sistema político en México, afirmó que existe una correlación entre los operativos del Ejército, Marina o Guardia Nacional con los incrementos en las tasas de homicidios.
Recordó que la Guardia Nacional es la institución con más quejas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y afirmó que el llamar a los militares a intervenir en asuntos que les son ajenos “nos debe preocupar”.
En el evento, coordinado por el periodista Carlos Puig, señaló que la participación militar no se ha quedado en el ámbito de la seguridad pública, sino que cada vez más ganan espacios en otras tareas que se les asigna desde el poder político.
Comentó que el Ejército en México ha tenido un cambio en 2006 con el entonces presidente Felipe Calderón, hasta el presente sexenio con la creación de la Guardia Nacional.
En su intervención final, señaló que México vive “en riesgo permanente y degenerativo de las instituciones, riesgos por más responsabilidades, autonomía y presupuesto al Ejercito", e hizo un llamado a mejorar las policías del país y construir una “relación laboral de la policía con el Estado”.
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En su intervención, el especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, Jorge Javier Romero, recordó que “los militares nunca se han ido de la vida pública mexicana”.
Coincidió que en materia de inseguridad “no han sido efectivas las Fuerzas Armadas para combatir la seguridad en el país” y señaló que al dotar al Ejército de más responsabilidades, propias del ámbito civil “lo que se hace es regresarles muchas tareas que tuvieron en la etapa inicial del régimen revolucionario”.
"El riesgo es altísimo podemos enfrentarnos a un proceso de regresión, donde predomine el poder militar sobre el civil”.
La directora General de Global Thought, Daira Arana, aseguró que la militarización del país “está ligada a un discurso de guerra que no contribuye a la paz Y hay vacíos legales que les han dado más atribuciones hoy por hoy”.
Asimismo, coincidió que México requiere “mejorar las policías y su relación laboral con el Estado”, además de cambios en las leyes militares que siguen sin ser tocadas desde años atrás.
Mientras que Ignacio Cano, integrante del Laboratorio de Análisis de Violencia de la Universidad del estado de Río de Janeiro, Brasil, dijo que en América Latina, tanto gobiernos de derecha como de izquierda, han hecho uso de las fuerzas armadas para combatir la inseguridad.
“Hay falta de confianza en las policías y hay una mayor confianza en ejércitos; sin embargo no hay signos de que la inseguridad se resuelve con ejecitos”. Aseguró que a cambio “se va normalizando la presencia del Ejército y la agudización de la violencia letal”.