La Tesorería General del Estado anunció que prevé un ahorro de 739 millones de pesos en pago de sobretasas de interés durante la actual administración, tras la segunda reestructura de deuda realizada en el primer semestre de 2018.
En un comunicado, Carlos Garza Ibarra, secretario de Finanzas y tesorero general del Estado, informó que esta “segunda vuelta” de la reestructura consistió en contratar con sobretasas de interés más bajas, nuevos créditos con distintos bancos.
Dijo que con estas instituciones se pagaron financiamientos por un monto de 31 mil 480 millones de pesos, algunos adquiridos durante la administración anterior y reestructurados por la actual, así como otros contratados en 2016 y 2017.
“El Gobierno decidió llevar a cabo una nueva reestructura, debido a que en el mercado financiero existían las condiciones propicias, y las instituciones bancarias presentaron nuevas propuestas en condiciones favorables para Nuevo León en el marco de la Ley de Disciplina Financiera para las Entidades Federativas y los Municipios”, explicó.
Garza Ibarra señaló que la reestructura de la deuda realizada durante los años 2016 y 2017, por 41 mil 904 millones de pesos, permitirá ahorrar durante la presente administración 3 mil 194 millones de pesos en pago de intereses y cambio en el perfil de amortizaciones.
El funcionario estatal indicó que a esta cantidad se agregan los 739 millones de ahorro por la segunda reestructura, lo que suma un total de 3 mil 933 millones de pesos que ya no se pagarán por costo de la deuda durante el sexenio.
En las negociaciones de las diferentes etapas de la reestructura de la deuda de Nuevo León, el Gobierno Estatal, agregó el tesorero, consiguió reducir 1.5 puntos porcentuales las sobretasas de interés promedio de los financiamientos.
Durante 2015, la sobretasa de interés promedio era de 2.2 por ciento, mientras que actualmente es de 0.70 por ciento.
El funcionario destacó que como garantía de pago de los financiamientos contratados por la administración anterior, estaba comprometido el 100 por ciento de las participaciones federales que llegan a Nuevo León, pero ahora, la reestructura de la deuda ha permitido la liberación de 27.3 por ciento de esos recursos.
En 2015, al concluir la anterior administración, Nuevo León no tenía recursos propios para hacer inversión pública productiva y por su endeudamiento excesivo, tenía cerrado el acceso al financiamiento bancario.