Las universidades sirven a la nación, desde su autonomía, con la libertad de cátedra e investigación, y ajustando sus metas al presupuesto que se les otorga y del cual rinden cuentas claras y transparentes, aseveró el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers,
"Servimos con amor a la verdad y la ciencia; a una verdad que no es ni será hegemónica, y a una ciencia y a su aplicación que siempre avanza y que siempre puede mejorar”, expresó.
En la ceremonia por el 50 aniversario del Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología (ICAT), dijo que la sociedad debe estar orgullosa de los logros de entidades e instituciones de educación.
Sostuvo que el ICAT es un referente necesario en el diseño y manufactura de prototipos, así como en investigaciones originales para apoyar a distintas instituciones de educación superior y a los sectores público y privado.
Un ejemplo reciente de su participación en la creación de herramientas que responden a necesidades sociales es el diseño de un hisopo para las muestras de diagnóstico de la presencia del virus SARS-CoV-2, añadió.
Recalcó los 50 años de evolución, superación y crecimiento constantes del Instituto, donde se ha podido trabajar en forma interdisciplinaria y con innovación, además se han generado aplicaciones con conocimientos provenientes de distintas disciplinas, para afrontar los problemas relevantes de la actualidad.
Graue Wiechers felicitó a los integrantes de la comunidad del ICAT por continuar consolidando la gran tradición de esa instancia, estratégica para México y para su Universidad.
En tanto, el rector general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), José Antonio de los Reyes Heredia, calificó al ICAT como uno de los proyectos interdisciplinarios de investigación aplicada y desarrollo tecnológico relevantes de nuestro país.
El coordinador de la Investigación Científica, William Lee Alardín, recordó que hace 50 años el Subsistema de la Investigación Científica de la UNAM tenía alrededor de una tercera parte de las entidades con las que cuenta hoy.
La vocación de lo que actualmente es el ICAT era diferente; buscaba insertarse de una manera nueva y contribuir de forma complementaria al quehacer de ese subsistema; primero fue un centro de servicios, después, aún con el nombre de Centro de Instrumentos, modificó su vocación al de un centro de investigación y luego cambió de nombre al de Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico en 2002. Recientemente, en 2018 se constituyó en Instituto.
Hoy realiza trabajo de investigación y desarrollo en temas de primera importancia, entre ellos salud, medio ambiente, energía y educación, agregó Lee.
Rodolfo Zanella Specia, director del Instituto, resaltó que en el ICAT se realiza investigación, desarrollo tecnológico, formación de profesionistas altamente capacitados y difusión en instrumentación científica e industrial, micro y nanotecnologías, tecnologías fotónicas, tecnologías de la información y educación en ciencia y tecnología, buscando aplicar el conocimiento generado a la solución de problemas en las áreas de salud, medio ambiente, energía y educación.
Para ello, explicó, cuenta con 114 académicos, cuatro catedráticos, 13 personas administrativas de confianza, 102 trabajadores de base, 20 becarios posdoctorales y cientos de estudiantes.
“Hemos aportado a la Universidad y al país, pero lo más importante es que hemos creado una comunidad robusta, adaptada al cambio, unida, entusiasta y muy capaz”, indicó.
JLMR