La historia, evolución, funcionamiento y resultados del Plan DN-III-E a lo largo de más de 52 años de implementación, aportan lecciones que vale la pena considerar en la discusión actual sobre la Guardia Nacional, recomendó Instituto Belisario Domínguez del Senado.
En el estudio titulado “La participación del Ejército en labores de protección a la población: el caso del Plan DN-III-E” analiza la labor social de los soldados como un ejemplo de la colaboración institucionalizada, oportuna y efectiva del Ejército, que forma parte de las acciones del Estado mexicano en situaciones de emergencia que afectan a la población y cuya atención compete originalmente a las autoridades civiles.
El IBD indicó que uno de los aprendizajes que se desprende del análisis del Plan DN-III-E, es que la participación de las fuerzas armadas en los desastres no ha significado la militarización de la protección civil en México. En todo caso, apuntan los investigadores, este operativo militar se ha logrado coordinar con las acciones de protección civil que llevan a cabo las autoridades de los tres niveles de gobierno en situaciones de desastre.
“El Plan DN-III-E revela la capacidad institucional que ha desarrollado el Ejército mexicano para llevar a cabo una función social, alejada de la naturaleza bélica de la milicia, lo que ha dado como resultado la salvación de cientos de miles de vidas, una comida caliente y un techo seguro para quienes lo han perdido todo”, planteó el Instituto.
Por lo que, considera que la historia del Plan DN-III-E coloca enormes signos de interrogación a la idea simplista de que “el Ejército está diseñado para matar”, se afirmó en el documento.
Apuntó que durante la mitad de su existencia, el Ejército ha implementado el Plan DN-III-E sin que hasta el momento se cuestione la constitucionalidad o se alerte sobre los riesgos de “sacar a los militares a las calles” en situaciones de alta vulnerabilidad social, como son los desastres.
Por el contrario, el auxilio del Ejército en las catástrofes es uno de los factores que explican el alto nivel de confianza que tienen hoy en día las fuerzas armadas de nuestro país, concluyen los investigadores.
evl