A nombre del Estado, Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, ofreció una disculpa pública a Martha Alicia Camacho Loaiza, ex militante de la Liga 23 de Septiembre, quien es sobreviviente al periodo de la llamada 'Guerra Sucia', entre las décadas de 1960 y 1970.
La disculpa del gobierno mexicano se da luego de que el pasado 14 de junio, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, emitió una resolución para determinar el plan de reparación integral del daño a favor del caso.
“A nombre del Estado mexicano les ofrezco una disculpa pública, por la transgresión a sus derechos en el marco de las violaciones graves generalizadas y sistemáticas a derechos humanos, ocurridas en un contexto de violencia política del pasado en el período histórico conocido como guerra sucia”, dijo Olga Sánchez Cordero, en el evento realizado en la Centro Cultural Tlatelolco, en Ciudad de México.
La disculpa se emitió por la violación al acceso a la justicia y el reconocer de la verdad sobre los hechos. Así como por el daño a la imagen, el honor y a la dignidad en agravio de la familia de Martha Camacho, derivadas de la criminalización realizada en su contra, por diversas instituciones del Estado mexicano.
“El caso de la señora, Martha Alicia Camacho Loaiza, es evidencia de que la violencia de Estado cuando se ejerce sobre las mujeres tiene un alto componente de género y de sometimiento, que lesiona de manera diferenciada sus cuerpos y sus derechos. Buscando generar un agravio profundo a su dignidad, tal como lo evidencia, la tortura sexual y la violencia obstétrica”, abundó Sánchez Cordero.
"Sedena perdió la oportunidad de reconocer atrocidades de la Guerra Sucia"
Tras la disculpa, Martha Alicia Camacho Loaiza lamentó que el Ejército mexicano no estuviera presente en el acto.
“Lamento mucho que no esté la Sedena, ya que perdió una gran oportunidad para reconocer las atrocidades que cometieron en esa época. Reconocerlo sería avanzar hacia el fortalecimiento de su institución”, dijo durante su discurso.
Martha y su esposo José Manuel Alapizco, ambos militantes de la guerrilla, fueron detenidos el 19 de agosto de 1977 en Culiacán, Sinaloa, por soldados de la IX Zona Militar, policías estatales y elementos de la extinta Dirección Federal de Seguridad.
Fueron torturados durante 49 días en instalaciones militares y al menos dos casas de seguridad. Martha con ocho meses de embarazo fue objeto de abuso sexual, también fue obligada a presenciar la tortura y ejecución de su esposo, cuyo cuerpo fue desaparecido.
“Y allí pues… lo mutilan, lo castran delante de mí, y ya cuando pasa eso me avientan, me avientan, sobre su cuerpo, obviamente, yo traigo tremenda panza”, relató en un video proyectado durante el evento.
Martha Camacho, narró cómo fue forzada a dar a luz en condiciones infrahumanas.
"Sin tener aseo, sin tener anestesia, sin tener nada, me rasgan hacia abajo, de la vagina hacia el ano, y meten los fórceps y sacan al niño. Al momento de sacarlo, nuevamente me levantan la venda, me lo muestran que lo tienen agarrado de los pies y le están poniendo una metralleta en su cabeza”, explicó en un video.
Y durante su discurso recalcó que la violencia que sufrió se intensificó por ser mujer.
“Lo que me sucedió fue un infierno y como mujer se vive peor. Aún con la violencia que ejercieron en mi persona, mi dignidad prevaleció, no me cortaron las alas”, explicó.
Para el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, la disculpa no sólo sirve para reivindicar a toda una generación que fue, de acuerdo con su punto de vista, perseguida por el régimen priista.
“La importancia de este evento en donde, el Estado mexicano, asume la responsabilidad de los hechos perpetrados en la violación de los derechos humanos de ella y de una generación que se vio perseguida”, explicó.
De acuerdo con Encinas, el hecho de que el Estado mexicano haya realizado prácticas de contrainsurgencia, detenciones, desapariciones y torturas durante la guerra sucia, “debe de obligarnos, no sólo a hacer una reflexión profunda, sino también a reescribir nuestra propia historia”, concluyó.
AE