Hace 50 años se escribió una de las páginas más negras en la historia de la vida política de México.
El 10 de junio de 1971, una marcha estudiantil pacífica en apoyo a la Universidad de Nuevo León fue reprimida por un grupo paramilitar conocido como Los Halcones. El regente de la Ciudad de México era don Alfonso Martínez Domínguez y el presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez.
El saldo de muertes —45 según la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femosspp)— y decenas de heridos obligó al presidente a solicitar la renuncia del regente Alfonso Martínez Domínguez y el jefe de la Policía, Rogelio Flores Curiel. 27 años después, el 4 de junio de 1998, entrevisté a don Alfonso. Aquí, parte de lo que conversamos:
¿Qué fue lo que sucedió el jueves 10 de junio de 1971?
Fue un problema de orden político que se convirtió en un problema policiaco. ¿Cuáles eran las razones? Quizás las de eliminarme de la futura contienda presidencial (a realizarse en 1976).
¿Quienes eran Los Halcones? ¿quién o quiénes les pagaban?
La verdad es que Los Halcones fue un grupo que se formó durante el gobierno del presidente Gustavo Díaz Ordaz y del regente, general Alfonso Corona del Rosal, y fue entrenado para proteger los pozos de agua, las bombas de agua de algunas empresas, los acueductos y las instalaciones más importantes de la Ciudad de México con vistas a la celebración de las Olimpiadas de octubre de 1968.
Los riesgos que significaban la política absurda que llevaban a cabo los brigadistas de ese entonces hicieron que las autoridades los conservaran por órdenes del entonces secretario de Gobernación y luego presidente de la República, Luis Echeverría Álvarez.
¿Cuántos eran en número Los Halcones?
Eran mil y se conservaron ahí por órdenes de Echeverría, con el mismo jefe que había antes, el general Escobar. Nosotros lo único que hacíamos era pagarles, pero todo el mando de ellos estaba en manos del Estado Mayor Presidencial. Y sí, yo quiero decirle que estaba en acuerdo con Echeverría, junto con
Carlos Hank González; con Leandro Rovirosa Wade, secretario de Recursos Hidráulicos, y Pedro Ojeda Paullada, procurador de Justicia, tratando los problemas de introducción de agua a la Ciudad de México, cuando ocurrían los hechos ese Jueves de Corpus y fui ajeno totalmente a lo que sucedió.
Pero usted presentó su renuncia el 15 de junio…
Me la pidió el presidente Echeverría.
¿En qué términos?
En términos de súplica, indicándome además que si no salía yo tendría que salir él y que eso no podía ser, siendo un presidente, y que además reivindicaría antes de tres meses, cuando saliera a la luz que el Departamento del Distrito Federal no tenía la culpa de lo sucedido. Me dijo que la reivindicación consistiría en que yo regresaría al gabinete, lo que finalmente no ocurrió.
PD.- El contenido de la entrevista tuvo que ser ratificado ante la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del pasado por el que esto escribe y se me dijo que don Alfonso también tendría que hacerlo.