Un juez de Florida dio un ultimátum a Héctor Alejandro Cabrera, científico oaxaqueño acusado de trabajar como espía para el gobierno ruso, y le advirtió que de no aceptar su culpabilidad en las próximas semanas la “calificación para la aceptación de responsabilidad” se verá comprometida, es decir, que no podrá disminuir el nivel de delito y por lo tanto los años en prisión.
El 19 de octubre, Donald Midrebrooks, juez del Distrito Sur de Florida, notificó a través del Sistema de Cortes que el mexicano tiene hasta el próximo 19 de enero de 2022 para declararse culpable. Y es que dice, la defensa ha estado solicitando prórrogas para revisar las pruebas en su contra.
“Las partes en este caso han tenido más que tiempo suficiente para revisar la evidencia, discutir una posible resolución y evaluar si este caso puede o debe resolverse mediante una declaración de culpabilidad, o si requiere un juicio”, consideró el juez.
Y agrega: “el abogado deberá notificar a las cámaras y al Gobierno antes de las 3:00 pm del 19 de enero de 2022 si el acusado cambiará su declaración de culpabilidad”.
¿Conspiración o espionaje?
Desde el pasado 4 de enero de este año, MILENIO ha dado cobertura a la historia del científico oaxaqueño, a quien el gobierno estadunidense le armó una acusación en su contra luego de encontrar en sus teléfonos fotografías de las placas del auto de un agente del gobierno norteamericano.
Tras esto se le señalaría de ser un “agente extranjero” que realizaba labores de espionaje para el presidente Vladimir Putin, de Rusia. Fue detenido el 16 de febrero de 2020. Sin embargo, sus amigos y familiares creen que todo se trata de una persecución científica, una conspiración médica, que algo sabía.
En cambio, según el gobierno norteamericano, el científico que trabajaba realizando investigación en Singapur, constantemente viajaba entre Rusia, donde había estudiado microbiología; Alemania, donde era consultor en una empresa; y en México, donde lideraba una organización civil para impulsar a jóvenes científicos, en su pueblo, El Espinal.
Estaba casado con una joven de su pueblo. Sin embargo, también se había casado con otra mujer, su segunda esposa en Rusia, y con quien se habían ido a vivir a Alemania, donde se quedaron cuando Cabrera se fue a trabajar a Singapur.
Según el expediente, en marzo de 2019, mientras Alejandro Cabrera estaba en Singapur, su esposa y sus dos hijas viajaron desde Alemania a Rusia. Cuando intentaron regresar a Alemania, funcionarios de aduanas rusos no les permitieron volver.
Suponen que fue para presionar al científico mexicano, ya que a partir de ese momento fue contactado por un oficial ruso. “(El agente) le dijo a Cabrera que él podría ayudar a su familia a salir de Rusia”, se lee en uno de los documentos.
Desde ese momento, la misión de Cabrera habría sido tomar fotografías a un vehículo propiedad de un agente del gobierno de Estados Unidos en una zona residencial de Miami. El funcionario norteamericano se dio cuenta, por lo que dio aviso a las autoridades, quienes detuvieron al mexicano en febrero de 2020, cuando estaba a punto de abordar un vuelo a la Ciudad de México. Y desde entonces está en prisión.
AA