Llanto, música y regalos: así fue la 'histórica' visita de Zaldívar a Santa Martha Acatitla

El ministro, junto con su esposa, su coordinadora de asesores y su secretaria general escucharon testimonios y peticiones de mujeres presas que participaron en la reunión.

El ministro acudió al penal de Santa Martha | Octavio Hoyos
José Antonio Belmont
Ciudad de México /

Treinta y nueve años después de convertirse en abogado, el doctor en Derecho, Arturo Zaldívar, ingresó hoy por primera vez a una cárcel para conocer casos, retomar los que se puedan y ayudar a que reclusos salgan de prisión.

“Nunca me dediqué al derecho penal”, aclaró el hoy presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), quien en 1983 concluyó su licenciatura en la Escuela Libre de Derecho.

A eso de las 10:30 horas, el también presidente del Consejo de la Judicatura Federal entró al penal femenil de Santa Martha Acatitla, a donde fue invitado -a través de una carta- por 663 internas que querían exponerles sus casos en persona.

El ministro del máximo tribunal del país fue recibido por el subsecretario del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México, Enrique Serrano, y por la directora del penal, María del Carmen Serafín.

“Fueron muy amables”, aseguró Zaldívar, quien contó que fue guiado a la oficina de la directora del penal para enseguida bajar al área de visitas, donde se realizó el diálogo con las reclusas.

“Es grande, una especie de auditorio, tienen mesas y sillas, hay un pódium donde hacen obras de teatro, danza, música”, relató.
Las mujeres reclusas externaron su situación al ministro | Octavio Hoyos

Durante casi tres horas, el titular del Poder Judicial de la Federación, su esposa, Mariana Bojórquez; su coordinadora de asesores, Fabiana Estrada, y su secretaria general, Alejandra Spitalier, escucharon “testimonios y peticiones” de 220 mujeres presas que participaron en esta reunión.

“Se expresaron con total apertura”, destacó el ministro Zaldívar, quien narró un caso en particular de los muchos que escuchó:

“Una mujer que ya está sentenciada, llegó a las 19 años, ya tiene como 20 aquí, y ella llorando decía: ‘lo único que pido es una segunda oportunidad porque mi proceso no se llevó bien, estuve en un lugar donde no debía estar’”.

Tras concluir el diálogo, relató el presidente de la SCJN, un grupo musical conformado por cuatro mujeres les interpretaron dos canciones: Viva México y México lindo y querido.

“Muy lindas nos cantaron”, exclamó el ministro quien contó que enseguida se dirigieron al área de artesanías, donde las internas de Santa Martha Acatitla le regalaron una caja “muy bonita que se puede usar como alhajero”, y a su esposa le dieron una muñeca tejida, “también muy bonita”.

“Llegó un momento en el que les dijimos: ‘ya no nos regalen, mejor hagamos algo para que podamos ayudar’ y ahí surgió la idea de que la Corte podría promocionar estas artesanías en beneficio de las reclusas”, relató.
Le obsequiaron una muñeca y un alhajero | Octavio Hoyos

Pasadas la13:30 horas, el ministro Zaldívar salió al área de ingresos, donde adaptaron una carpa y un templete donde dirigió un mensaje por esta visita, la cual calificó de “histórica”, y es que nunca antes, un presidente del máximo tribunal del país había acudido a una prisión para reunirse y dialogar con sus internos para conocer su situación.

“Esta visita es histórica, yo creo que lo importante es que ojalá se vaya generando un cambio para que todas las personas juzgadoras tratemos de estar más cercanas a la gente y seamos más sensibles al dolor humano”.

FS

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