Homero Salcido Treviño, quien trabajó en el combate a la ola de violencia en el estado como director del C5, pero que fue secuestrado y asesinado en 2011, fue honrado este miércoles al bautizar con su nombre el salón polivalente del edificio sede.
Su esposa Juany Benavides de Salcido y su hijo Homero, así como Aldo Fasci Zuazua, secretario de Seguridad Pública del Estado, encabezaron la ceremonia de develación de la placa en el acceso del auditorio del Centro de Coordinación Integral, de Control, Comando, Comunicaciones y Cómputo del Estado, ubicado sobre la Carretera Nacional.
Benavides de Salcido dio un mensaje sobre el trabajo de su esposo y el dolor provocado a su familia tras perderlo trágicamente.
Recordó al ex director del C5 como una persona con una gran capacidad de dar, que aunque superaron su partida, la vida sin él nunca será igual.
"Hoy estamos aquí recordando a nuestro querido Homero, su espíritu, su alma y su increíble capacidad de dar aún está con nosotros, vive en las historias que la gente comparte de cómo tocó, marcó y dejó huella en sus días, en el amor, en la fe y en la fortaleza de nuestros hijos.
"Las cosas nunca serán las mismas, pero creo, y estoy segura, que para nosotros y para nuestro mundo, los años que nuestro Homero vivió fueron especiales con cada uno de nosotros", comentó su esposa.
Por su parte, Fasci recordó a quien se dijo su amigo desde años, por lo que buscaron honrar su memoria y para que la sociedad de Nuevo León conozca que él arriesgó su vida y la dio, al igual que Marcelo Garza y Garza, ex director de la Agencia Estatal de Investigaciones, también asesinado durante la ola de violencia que azotó al estado en esos años.
"Quien debe estar agradecido no sólo se fue un gran amigo, una gran persona, un gran funcionario, alguien que dio la vida por Nuevo León, y eso es lo que estamos honrando aquí, porque a Homero lo honraré siempre, pero Homero Salcido Treviño, el funcionario, lo honrará la sociedad y el Estado", recordó.
Salcido Treviño fue secuestrado y asesinado por hombres armados el 13 de febrero del 2011 en el centro de Monterrey y le prendieron fuego a la camioneta oficial que tenía asignada.