Los pasos de víctimas y familiares de víctimas de jóvenes que participaron en el movimiento estudiantil de 1968 dejaron su huella en el Monumento a la Ausencia en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, para mantener vivo el recuerdo y la exigencia de justicia.
El subdirector académico de este Centro, Ander Azpiri, indicó que en la obra de la artista Yael Bartana, participantes del movimiento estudiantil del 68 dejaron sus huellas impresas, "para honrar su trabajo, honrar sus demandas y honrar la memoria de quienes ya no están aquí”.
La plancha de concreto sobre la que se plasmaron cerca de 400 huellas, constituye esta pieza artística que se realiza en el marco del 50 Aniversario del Movimiento Estudiantil de 1968 y como parte de las acciones de reparación colectiva que realiza la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV).
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“Pretendemos que esta obra que empezamos a montar hoy se convierta en un lugar donde los supervivientes del movimiento estudiantil del 68; los distintos colectivos que llevan 50 años demandando verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición, tengan un nuevo lugar donde esto pueda seguir ocurriendo”, agregó Ander Azpiri.
De manera que “podamos caminar como sociedad con ellos y que esto también se refleje hacia otros eventos donde estas mismas demandas siguen vigentes; pretendemos que sea un lugar abierto, un lugar de conversación de reunión”, continuó Azpiri en entrevista.
La obra se concluyó el 29 de septiembre y se inauguró hoy a las 16:00 horas y tiene dos consignas, "una de ellas seleccionadas por la arista a partir de una manta que apareció en una de las manifestaciones; que dice: pueblo únete, pueblo no nos abandones”, mientras que la otra, solicitada por los distintos colectivos, dice: “ni perdón, ni olvido”.
A su vez, la creadora Yael Bartana, originaria de Israel, señaló en voz de un traductor, que para el proceso de creación fue muy importante entender con precisión la historia de Tlatelolco y dentro de esta historia le interesaba mucho "el sentimiento de miedo y de la huida de una situación como esta y cómo pudiera ella proyectar esa sensación”.
Explicó que las huellas que se plasmaron son una representación de lo individual pero también de lo colectivo, por lo que se invitó a personas víctimas del 68 a dejar sus huellas y sus propios caminos y recorridos.
JOS