El ex embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, aseguró que es una “idea terrible” intentar aprovechar los lazos comerciales que existen entre los países de América del Norte para impulsar una integración política de la región, pues eso pone en riesgo la democracia.
“Me preguntaron en una conferencia, el otro día, cómo podíamos aprovechar los lazos comerciales existentes en América del Norte para aumentar la integración política, siguiendo el modelo de la Unión Europea ─está muy de moda en tales conferencias alabar a las organizaciones multilaterales y supranacionales─; creo que sorprendí y horroricé a los concurrentes al contestar que me parecía una idea terrible, aparte de ser totalmente imposible en la práctica, dadas las profundas diferencias históricas, culturales, sociales y económicas entre Estados Unidos, Canadá y México”, expuso.
Al participar vía remota en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés), cónclave de simpatizantes de la derecha conservadora del mundo, que se celebra en la Ciudad de México, Landau opinó que otorgar responsabilidades políticas a organismos multilaterales representa una profunda amenaza a la democracia.
“No veo cómo se extiende efectivamente la democracia más allá de las fronteras nacionales, donde el ciudadano podría verse gobernado por reglas impuestas por personas que no forman parte de su comunidad política”, aseguró.
Por ello, añadió, “no nos debe sorprender que las organizaciones transnacionales como la Unión Europea se caractericen más por la burocracia que por la democracia; la democracia muere cuando los pueblos libres rinden su soberanía nacional a burócratas sin obligación de rendir cuentas a nadie, es la lección básica del Brexit y es lo último que deberíamos anhelar para nuestro propio hemisferio”, dijo.
Landau argumentó que “no estoy llamando al aislacionismo, más bien estoy pidiendo un compromiso basado en el interés propio mutuo”.
En ese sentido, el ex embajador estadunidense defendió la construcción del muro fronterizo entre Estados Unidos y México, pues se trata de una acción legítima para defender la soberanía nacional de su país.
“Es obvio que un líder político deba priorizar los intereses de su propio país…Poner los intereses de su propio país primero, no implica ninguna falta de respeto por otros países; al contrario, una persona que respeta la soberanía de su propio país es exactamente el tipo de persona que respeta la soberanía de otros países”, dijo.
“Como embajador, encontré que los mexicanos entendían este mensaje sencillo; cuando llegué, descubrí lo que creía que era una narrativa falsa e injusta, de que construir un muro fronterizo entre nuestros países era racista, xenófobo e insultante para los mexicanos, pero cuando describí el muro en términos de protección de nuestra propia soberanía nacional, no encontraba desacuerdo”, explicó.
- Te recomendamos "Es el sueño americano": migrante cubano celebra su primer pago en EU; se hace viral Virales
Dijo que, como embajador, “expliqué que estábamos construyendo el muro en nuestro lado de la frontera para hacer cumplir nuestras propias leyes sobre quien pudiera ingresar a nuestro país… Me parece que la mayoría de los mexicanos y la mayoría de estadunidenses entienden que la esencia de la soberanía nacional es el derecho de un país a controlar sus propias fronteras, sin fronteras no hay país”.
Aseguró que “no importa cuán grande o pequeño es un país, siempre está definido por sus fronteras… Si un país pierde el control de sus fronteras, deja de ser un país”.
Ante ello, argumentó que no tiene nada en contra de que los países trabajen juntos para idear soluciones a los problemas que no se pueden resolver por sí solos, “pero nunca debemos olvidar que estas organizaciones son los sirvientes de los estados nacionales soberanos, no sus amos”.
EHR