Ignoran recomendaciones para bajar contaminación

Análisis del Centro Mario Molina plantea reubicación de industrias altamente contaminantes, como las extractoras de caliza ubicadas al poniente de la metrópoli, pero esto no ha tenido eco

En el área de la UANL se inauguró una estación en octubre de 2017. Leonel Rocha/Archivo
Sandra González
Monterrey /

En 2019, el Centro Mario Molina (CMM) analizó la contaminación del aire en el área metropolitana de Monterrey y concluyó lo evidente: la urgente necesidad de llevar a cabo acciones que eviten la exposición de la población a niveles peligrosos de contaminantes atmosféricos, provocada por diferentes fuentes, una de ellas, la industria de las pedreras... pero a dos años de tener los datos científicamente comprobados, no se ha hecho nada.

De acuerdo con el Análisis de la contaminación por PM2.5 en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, enfocado a la identificación de medidas estratégicas de control, las emisiones totales de PM2.5 (partículas menores a 2.5 micras) superan las seis mil 900 toneladas al año, con una contribución mayoritaria de las fuentes fijas (64%).

La industria también contribuye con 95% de la contaminación por el dióxido de azufre (SO2).

Dentro de las fuentes de emisión de PM2.5 y PM10 (partículas menores a 10 micras) se encuentra el sector de la construcción, entendida como las actividades constructivas; la industria de cemento y cal; y la extracción y beneficio de material no metálico, que aporta 19 por ciento de las emisiones de PM2.5 y 31 por ciento de la emisión de PM10, lo cual hace prioritario al sector.

De acuerdo con el documento elaborado por el Centro Mario Molina, los municipios del oeste y noreste del AMM son los que registran más altos niveles de PM10 y PM2.5, debido a la actividad de las pedreras y el acarreo que hace el viento de contaminantes que provienen de otras zonas.

En enero de 2019, el entonces secretario de Desarrollo Sustentable, Manuel Vital, informó que invertirían 10 millones de pesos para cuatro estudios que complementarían la información que ya tenía el gobierno del estado.

Pese a tener la información científica y hasta recomendaciones, el gobierno del estado nunca presentó un plan de acción.

Fueron nueve las medidas de mitigación propuestas en el estudio; la primera de ellas fue reubicar a la industria pesada altamente contaminante.

“Aquella industria que no sea posible reubicar en el corto y mediano plazos, y que presente altas emisiones, debe instalar de manera obligatoria tecnologías modernas anticontaminantes y utilizar combustibles más limpios”.

Otras recomendaciones incumplidas son el desarrollo de un programa industrial bajo en emisiones, la creación de un sistema de monitoreo continuo de emisiones en fuentes fijas, la identificación de zonas críticas de concentración de contaminantes y nuevas estaciones de monitoreo o reubicar las existentes.


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