La autonomía del Instituto Nacional Electoral (INE) es la prioridad a blindar ante una eventual reforma electoral. Así lo consideran quienes han estado al frente de este instituto y coinciden en que su independencia y el que se conforme por personas del servicio profesional sin lealtades externas, son el pilar fundamental de la democracia mexicana.
En entrevista con MILENIO, Lorenzo Córdova, Leonardo Valdés Zurita, Luis Carlos Ugalde y José Woldenberg expusieron los puntos que consideran, deben ser intocables en una reforma electoral, pues de lo contrario, implicaría un retroceso de décadas y pondría en riesgo los avances democráticos en el país.
Todos coincidieron en que la autonomía del INE y la designación de sus consejeras y consejeros de forma independiente, ayuda a que no se permitan injerencias, por lo que vulnerar este principio, llevaría a México a 1996, cuando era el poder en el gobierno el que controlaba las elecciones.
“Si en eso se cede, es decir, si vamos a tener una autoridad facciosa, alineada con el gobierno o con algún partido, pues ya se perdió todo lo construido, punto”, concluyó Woldenberg.
Otro aspecto en el que todos coincidieron es que para que el INE funcione con la calidad y certeza con que lo hace, es indispensable defender el Servicio Profesional Electoral Nacional que garantiza profesionalismo e imparcialidad, pues se trata de personas que entran por un concurso, que son evaluados y que esto implica que “su lealtad esté con los institutos” y que se guían por procesos, sin importar quiénes integren el Consejo General.
- Te recomendamos Tenemos la obligación de ser exigentes con los políticos: María Marván Laborde Política
Lo que va de la mano con la defensa de los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES), que ayuda a que la calidad de los procesos federales se replique en los estados, y desaparecerlos implicaría un riesgo, pues el INE no tiene la capacidad humana y económica para encargarse de todas las elecciones del país.
Además, quienes han estado al frente del árbitro electoral coincidieron en que el sistema de organización electoral actual también es fundamental, pues el proceso con el que se seleccionan a las personas funcionarias de casilla de manera aleatoria, si bien es lo más caro y complejo, es la garantía de que es la ciudadanía la que se apropia de las elecciones.
“Es la piedra angular del sistema electoral mexicano, es la máxima de ciudadanas y ciudadanos contando los votos de las y los ciudadanos, cualquier puede constatar que es la ciudanía la que recibe y cuenta los votos de sus vecinos”, señaló Córdova Vianello.
Lorenzo Córdova y Luis Carlos Ugalde también coincidieron en que el padrón electoral y la credencialización sigan siendo facultad de la autoridad electoral y no dejarlo en manos del gobierno, pues es esto lo que da credibilidad y certeza a los procesos y frenó los fraudes electorales con la manipulación de credenciales de elector.
Mientras el mismo Córdova y Woldenberg sumaron a la defensa del sistema electoral el financiamiento de partidos políticos, pues lo contrario, implicaría abrirle la puerta al dinero ilícito y regresaría a los partidos a competir en un piso disparejo.
“Sería un absoluto error, por supuesto este es un asunto que se puede discutir, pero no cancelar el financiamiento ordinario porque tiene la clarísima intención de debilitar a los partidos opositores, mientras uno supondrá que de el gobierno va a haber transferencias al partido gobernante, sería un retroceso enorme pues dependerá, peor aún, de los grupos delincuenciales”.
Woldenberg también consideró que la defensa de los Tribunales Electorales estatales es importante porque esto ha ayudado a resolver con inmediatez los conflictos electorales por la vía pacífica.
Al cuestionarles cuáles serían los aspectos que consideran que sí podrían mejorarse en la reforma electoral, Lorenzo Córdova consideró que como presidente del INE no es su competencia y le corresponde a los legisladores definirlo, mientras José Woldenberg recalcó que no le abriría esa puerta a las pulsiones autoritarias y centralizadores del gobierno.
“Lo mejor que nos puede pasar es que no haya cambio, no porque no se requieran, por supuesto que se requieren, sino porque no hay condiciones, porque ya sabemos cuál es la intención del gobierno. En otras condiciones y por la vía del diálogo y el consenso por supuesto que se podría, pero en este clima, lo mejor que puede pasar es que no pase, esa es mi convicción”.
Valdés Zurita enlistó que un punto fundamental a reformar es el voto electrónico que vuelve más rápidas, baratas y confiables las elecciones; la regulación de la sobrerrepresentación pero no como la plantea el gobierno que sólo favorece a los partidos más grandes; mejorar la designación de consejeras y consejeros en los OPLES e incluso, establecer un presupuesto fijo para el INE, con una fórmula similar a la designación de prerrogativas de los partidos políticos.
Mientras Luis Carlos Ugalde llamó a establecer mecanismos claros para frenar al crimen organizado y el financiamiento ilegal en las campañas con dinero en efectivo, analizar la segunda vuelta electoral en la elección presidencial e incluso, volver obligatorio el voto para cerrarle la puerta al clientelismo, la compra y coacción del voto y le acarreo el día de la jornada electoral.
DMZ