La credencial para votar con fotografía que emite el Instituto Nacional Electoral (INE) reducirá su costo de producción durante los próximos cinco años, con un valor por debajo de los 66 centavos de dólar en que se cotiza actualmente.
Como resultado de la licitación que se lanzó para la producción de 84.6 millones de pesos, el INE recibió tres propuesta económicas que plantean un costo de poco más de mil millones de pesos.
Esta reducción se produce, en gran medida, derivado de que ya no será necesario contar con un centro de producción espejo para garantizar la producción ininterrumpida de las micas, además de que la proyección de credenciales es mayor que en la licitación pasada.
A pesar de que durante todo el proceso nueve empresas habían presentado sus preguntas a la autoridad electoral respecto a los detalles de la licitación abierta internacional, únicamente cuatro se presentaron a la audiencia en donde se presentarían su oferta técnica y económica.
No obstante, sólo tres de ellas cumplieron con la entrega de todos los requisitos que se contempla en esta etapa, incluida la entrega de una oferta económica; lo que dejó fuera el consorcio de empresas Formas Inteligentes al no contar con una propuesta sobre los costos de la credencial.
De las tres propuestas restantes, la más baja fue de Idemia Identity & Security France en conjunto con Informática el Corte Inglés, quien planteo un precio de .61 centavos de dólar para la mica y 31 centavos para el ensobretado de las credenciales para los residentes en el extranjero.
Incluso la empresas Veridos y Giesecke+Derivent, que actualmente desarrollan la credencial de elector, presentaron un costo más bajo con 60 centavos de dólar para la mica y 45 centavos para el ensobretado.
Cosmocolor con Talleres Gráficos de México y otras empresas presentaron la propuesta más cara con 66 centavos de dólar para la producción de la credencial y 41 centavos para el sobre en caso de que sea para un residente en el extranjero; sin embargo, la oferta también se coloca por debajo del costo actual.
Además de la oferta económica, las empresas presentaron una serie de muestras que deberán de ser evaluadas por la autoridad electoral a la par de que serán auditadas por la Universidad Nacional Autónoma de México para verificar que se cumplen con todas las normas de seguridad previstas.
Para ello, se sorteó el día y la hora en que se habrían de realizar las pruebas y posteriormente se dio a paso a rubricar cada una de las hojas que se incluyeron en las ofertas de las empresas para garantizar su autenticidad.
Una vez que se concluya el proceso, el INE deberá proceder a dar el fallo de la licitación, con lo que comenzará el proceso para que la empresa que sea mejor calificada, tanto en lo técnico como lo económico, arranque con la producción de las credenciales.