INE en condiciones de organizar elección interna del PRI

Aunque no han tenido un acercamiento formal, los conejeros del INE aseguraron que pueden llevar a cabo la elección interna del PRI para elegir a la dirigencia nacional.

Comité Ejecutivo del PRI encabezado por Claudia Ruiz Massieu (Cuartoscuro)
Carolina Rivera
Ciudad de México /

El Instituto Nacional Electoral (INE) está listo para organizar el proceso interno del PRI para la renovación de su dirigencia nacional; sin embargo, todavía no se recibe ninguna petición oficial.

En entrevista la presidenta de la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos, Adriana Favela, aseguró que la autoridad electoral cuenta con la capacidad institucional para atender una petición de este tipo, con independencia de los seis procesos electorales locales que se están organizando.

“Institucionalmente siempre tenemos la capacidad porque siempre están actuando desde las vocalías a nivel distrital y estatal y la capacidad siempre la tenemos aunque la prioridad son las elecciones a nivel constitucional”, dijo Adriana Favela.

Recordó que los partidos deben presentar cuatro meses antes de la jornada la petición formal al INE, así como especificar los requerimientos mínimos; además de que se deberá establecer las responsabilidades que desarrollará el partido y la autoridad electoral durante todo el proceso.

Por su parte, el consejero Marco Baños señaló que hasta ahora únicamente se han tenido acercamientos informales con el partido, por lo que se sabe que el proceso de renovación de su dirigencia se estaría realizando entre junio y agosto, tiempo suficiente para no afectar los comicios locales en puerta.

Agregó que el único ejercicio que el INE ha realizado de este tipo fue la elección interna del PRD, la cual tuvo una complejidad particular que generó un costo superior a los 100 millones de pesos.

Por lo que, agregó, de las especificaciones que realice el partido, como el número de casillas y las entidades en donde se instalarán, es lo que definirá el costo total que deberá ser cubierto en su totalidad con las prerrogativas que recibe el partido cómo parte de su financiamiento público.


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