El consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, advirtió que no es un buen augurio buscar una reforma electoral en medio de la intolerancia, la polarización, “los revanchismos y los incesantes ataques y descalificaciones” en contra de la autoridad electoral y de quienes no piensan “igual que uno”, pero sostuvo que ni las instituciones ni la democracia se pueden defender solas.
Al encabezar el inicio de foros sobre monitoreo de noticiarios 2020-2021 en el proceso electoral organizados por el INE, el consejero pidió hacer un posicionamiento ante una eventual reforma electoral, “que una y otra vez está poniéndose en la discusión pública”, en donde destacó que la ruta de la democracia solo tiene dos vías: avanzar hacia su consolidación o ser regresiva.
“Y podrá eventualmente hacernos volver a un pasado autoritario, la experiencia en múltiples países y en múltiples contextos, en distintos momentos y a lo largo de los últimos 100 años, nos evidencian que la democracia, si bien tarda mucho en construirse, también es posible que se desmonte.
“No perdamos de vista los desafíos que implica ir a una reforma electoral en un contexto dominado por la intolerancia y la polarización, no es un buen augurio modificar la legislación electoral en un contexto de incesantes ataques y descalificaciones a quien no piensa igual que uno o, incluso, a la autoridad electorales que son producto de un arreglo democrático que se ha pactado y concretado a lo largo de reformas electorales en los últimos 45 años”, dijo.
Córdova Vianello insistió en que el pluralismo es fundamental para los avances que ha logrado el sistema electoral mexicano, por lo que alertó que una reforma que se base en el revanchismo y no en la inclusión puede ser regresiva.
“Si la democracia es una obra colectiva, a todas y todos nos corresponde defender la equidad, en ese sentido, es indispensable que una reforma eventual se dé con base en un debate informado, objetivo, con datos, actitud de miras y sin revanchismos, para que el pluralismo, la representación, la diversidad, la inclusión y el poder regulado, conquistas de nuestra transición a la democracia; sean vistas y asimiladas, asumidas como virtudes y no como debilidades de nuestra convivencia política. Pero las instituciones no se defienden solas, tampoco la democracia”, apuntó.
Consideró que en esta posible reforma se debe analizar la propaganda en los espacios de radio y televisión, ante la importancia de los medios digitales, pero recalcó que para quienes como él, creen que el pluralismo es la base de la democracia para lograr elecciones libres, justas y equitativas, también “debemos defender el modelo de comunicación política actual” sin que las revisiones impliquen retrocesos.
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“Más en tiempos en los que hay una migración de publicidad a los medios digitales, no olvidemos que en México la radio y la televisión todavía monopolizan los espacios. Pensar que ya no son importantes, o que no pasa nada si volvemos a esa época en la que se creía que no pasaba nada si las y los contendientes compraban espacios en la radio y la televisión, es abrirle la puerta una vez más a la desigualdad en la contienda electoral, es regresar al pasado autoritario en donde la difícil relación dinero-elecciones-política era parte fundamental de un problema hoy superado, no resuelto pero en buena medida superado.
“No nos engañemos, las democracias modernas necesitan pluralidad en los medios, tanto como una garantía para acceder a ellos y que el factor de dinero no se vuelva determinante en la lucha del poder político como en la premisa de que en la democracia, la discusión por definición tiene que ser informada, lo que invariablemente implica que todas las voces puedan ser escuchadas”, sostuvo.
Detalló que en el pasado proceso electoral las concesionarias de radio y televisión respetaron el 98 por ciento de la pauta marcada por la autoridad electoral.
Además, se revisaron 493 noticieros y los 10 programas de revista y espectáculos más relevantes del país, lo que implicó un tiempo total de 27 mil 899 horas, de las cuales, el 72.1 por ciento son de radio y el 27.9 por ciento de televisión. Asimismo, del total de piezas informativas en el 85.2 por ciento no hubo valoraciones, “con lo que se cumplió con la finalidad de que la información fuera esencialmente eso”.
LP