El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) condenó los asesinatos esta semana de dos activistas de la comunidad triqui.
El instituto señaló que los dos fallecidos, Oliverio Martínez y Flor de Jesús Hernández, fueron asesinados el lunes cerca del poblado de San Juan Copala, Oaxaca; ambos al parecer trabajaban como maestros.
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El INPI pidió a las autoridades locales que castigaran a los responsables e instó a todos los grupos implicados en la violencia a resolver sus diferencias de forma pacífica, lo que apuntaba a que las rivalidades entre grupos podrían haber jugado un papel en el suceso.
Un observador finlandés de derechos humanos y un activista político mexicano murieron baleados en 2010 en la misma zona.
Unos 10 mil triquis viven en comunidades remotas y empobrecidas en el estado sureño de Oaxaca. Tres grupos triquis llevan inmersos desde hace décadas en una lucha armada que ha dejado docenas de muertos.
Todos los grupos que luchan por controlar el poblado están armados. Los líderes de los tres grupos han sido asesinados, y todos se culpan entre sí de la violencia.
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