El Instituto de Transparencia de la Ciudad de México comenzó a morir este miércoles. Dos de sus tres actuales comisionados se despidieron de su cargo, en un momento en el que el órgano capitalino, el más grande de las instancias locales de acceso a la información, ya se enfila hacia su ocaso.
Los comisionados Julio César Bonilla y María del Carmen Nava cumplirán este viernes su periodo de siete años como integrantes del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información, Rendición de Cuentas y Protección de Datos Personales (INFOCDMX).
Sus ausencias se sumarán a las de los ex comisionados Marina San Martín y Arístides Guerrero, que salieron del INFOCDMX en abril y noviembre del año pasado y cuyos reemplazos nadie, en el Congreso local, se preocupó por buscar.
A partir del lunes, la comisionada presidenta Laura Lizette Enríquez se quedará sola, sin posibilidad ya de resolver inconformidades de los ciudadanos.
Además de la conclusión del encargo de Bonilla y Nava, la onda expansiva de extinción de autonomías, que inició en diciembre del 2024, cuando se publicó la reforma constitucional que desapareció al instituto nacional, ya también alcanzó al órgano capitalino.
Desde el 28 de noviembre, la iniciativa de reforma propuesta por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, para desaparecer al INFOCDMX está ya en los escritorios de los diputados locales, que se alistan a dictaminar y subir el dictamen al pleno del Congreso local.
De acuerdo con la comisionada Nava Polina, que ha dado seguimiento a la desaparición de los institutos locales después de la extinción del INAI, a la fecha, en 14 estados del país ya no hay organismos autónomos de transparencia y sus labores han sido absorbidas por el ansia centralista de los gobiernos locales.
La última sesión ordinaria del pleno del INFOCDMX sirvió para sacar los últimos trámites que requerían del voto de los tres comisionados: aprobaron dar un apoyo económico a los trabajadores del instituto, a manera de compensación y de reconocimiento “considerando el momento de cambio”, con recursos que provienen del ahorro que hicieron todas las áreas del organismo.
Además, aprobaron acuerdos para compartir, casi como herencia, herramientas creadas y operadas por el INFOCDMX a otras autoridades.
Guerra de cifras y críticas a la “transformación”
En esa última sesión, los comisionados no discutieron recursos de revisión, pero sí expusieron largos y detallados informes sobre todas las actividades que a lo largo de siete años realizaron como parte del instituto.
La sesión fue una guerra de cifras, una competencia para demostrar quién hizo más, quién fue más productivo, quién registró mejor sus tareas.
La rivalidad eterna entre el bloque de Enríquez y Bonilla, aliados evidentes, y la solitariedad de la comisionada Nava quedó más que en evidencia.
Luego, vinieron los mensajes políticos. Nava Polina recordó que a inicios de siglo, cuando los ilustres periodistas y activistas por la rendición de cuentas dieron vida a lo que se llamó Grupo Oaxaca, el acceso a la información se celebraba como un triunfo de la sociedad civil.
“En 2001, está aspiración ciudadana se convirtió en una auténtica conquista. El país logró cimentar un modelo de transparencia robusto, gracias al fortalecimiento de los órganos garantes constitucionales, creados precisamente para vigilar al poder y asegurar que la información pública dejará de ser un privilegio (…) Fue un avance histórico impulsado por la sociedad, no un acto de generosidad gubernamental”, aseguró.
Pero advirtió que hoy, las cosas han cambiado para mal. “Hoy, sin embargo, este fortalecimiento se ve disminuido, las instituciones que debían fungir como contrapesos están nuevamente atrapadas por un poder que debe ser revisado de manera permanente”, lamentó.
Por su parte, Bonilla, que no ha criticado las extinciones de los institutos, fue menos pesimista y hasta intentó hacer paráfrasis literarias para expresar su confianza de que la transparencia sobrevivirá en la capital.
“Esta ciudad hoy es vanguardia, se ha convertido en una ciudad altamente transformadora, en donde la transparencia forma parte ya de la ecuación democrática de la capital y la protección de datos personales, también. Por eso, hoy, en una de las regiones -parafraseando a Carlos Fuentes-, en una de las regiones más transparentes de la República, tenemos que seguir avanzando y defendiendo nuestros derechos”, dijo.
Enríquez cerró la sesión ordinaria con un recordatorio de la nueva realidad en la capital:
“A partir del 15 de diciembre de este año, el pleno no tendrá quórum para sesionar, por lo que no tenemos contempladas más sesiones ordinarias en este INFO de la Ciudad de México”.