Ivonne Ortega tomó la política desde 1998, cuando tenía 25 años, tras ser presidenta municipal en Dzemul, Yucatán; desde ese tiempo, y hasta la actualidad, no la ha soltado: fue gobernadora de su estado, senadora, diputada, dirigente de partido y, en la actualidad, ocupa una curul en el Palacio de San Lázaro bajo la bandera de Movimiento Ciudadano.
“Empecé a pensar en la presidencia municipal desde los 22 años y en ese entonces no había ni participación de las mujeres reconocida, ni mucho menos equidad de género; era un sacrilegio que los jóvenes quisieran participar, fue un reto muy grande, pero con el respaldo de los jóvenes, mujeres, y no de los políticos, gané la elección interna y me convertí en la primera presidenta municipal y joven”, recordó en entrevista para MILENIO.
Fue la primera mujer electa en llegar a la gubernatura de Yucatán y presume el combate a la inseguridad en ese periodo, pero su aportación más importante que pretende dejar en la sociedad es que su hijo sea respetuoso y aliado de las mujeres.
Foto: Juan Carlos Bautista
Resolver un problema en su comunidad, como lo fue instalar un drenaje, la orilló a ingresar a la política, pero antes de ello, y como en muchas familias, una crisis económica la hizo sacrificar la escuela, aunque tiempo después mientras gobernaba Yucatán hacía las tareas escolares al punto de en el México de 2021 está a punto de titularse como doctora.
“Yo tengo que dejar la escuela a los 12 años, apenas tenía siete meses de empezar a estudiar la secundaria; en mi pueblo no había secundaria y tenía que trasladarme a Motul.
“Con la crisis de 1982 la empresa porcícola de mi papá quiebra y platican conmigo que tenía que dejar la escuela (…); la palabra que me cae en ese momento es ‘fracaso’ y en lo que menos pensé es en la política.
“Empecé una granjita, primero compré una marrana con 760 pesos de los de viejos pesos, ahorré diez pesos por 76 días; tuve una tienda de abarrotes, una carnicería, vendía productos de belleza a domicilio y luego (conseguí) una mesa en el mercado, por esa mesa es que me meto en la política”, recordó.
Mi certificado de secundaria es de 6.4 y no me da vergüenza
Como muchas personas, Ivonne Ortega estudió mientras trabajaba, y lo sigue haciendo, pues ahora está en trámites para su examen de doctorado, aunque reconoce que sus calificaciones no fueron de dieces.
“Estudié la secundaria en el Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe) en el poquito de tiempo que me quedaban en las horas de la noche, leyendo, ahí como bien le entendía; mi certificado de secundaria es de 6.4 y algunos me dicen ‘¿No te da vergüenza?’ No, no me da vergüenza, pues con trabajo y le entendía a estudiar yo sola, sí sé cuanto afecta a una persona que no tenga una guía enfrente ayudando a educarse.
“Terminé la prepa siendo diputada federal y aun siendo diputada mi calificación fue de 7.5; ya legislaba, ya proponía leyes y mi calificación fue de 7.5 porque también estudiaba sola.
“Cuando fui gobernadora quería terminar mi carrera de alguna manera para demostrar que aunque tuviera la responsabilidad que fuera, con decisión, perseverancia, aunque eso signifique dormir cuatro dos horas. Soy licenciada en Derecho, terminé la carrera tres meses y días después de haber terminado la gubernatura; ya me titulé, estudié una maestría en Política Pública Comparada, era secretaria general del que fuera mi partido (PRI) y estaba embarazada”, recordó.
En un periodo electoral mientras ella era secretaria general del PRI, se atrasó con sus tareas y su directora de tesis le mandó un mensaje:
-Ivonne, tú siempre has sido muy puntual, ¿algún problema en el que te pueda ayudar?
-Algunos problemas laborales (ríe), pero no se preocupe, terminando esto me pongo al día, respondió Ortega.
Ni guerra contra el narco ni abrazos, no balazos
“¿Cómo va a ser que esa chiquita nos vaya a decir que tenemos que hacer?, ¿Cómo va a gobernarnos una pueblerina?”, son algunos de los comentarios machistas que Ivonne Ortega recuerda haber escuchado cuando ella era presidenta municipal o gobernadora.
“Yo tengo problemas de obesidad, entonces era la ex gorda; soy de un pueblo y sigo viviendo ahí y siendo gobernadora vivía ahí. Decían ‘¿cómo va a gobernarnos una pueblerina?’”.
A pesar de ser la única gobernadora entre 31 mandatarios hombres, Ivonne Ortega reconoce que no sintió un trato diferenciado de ellos en los debates o solidarizarse en diversos temas.
Uno de sus logros como gobernadora, presume, fue controlar la inseguridad, que hasta la fecha, expone la diputada, se mantienen los índices bajos en Yucatán. Ante las dos estrategias presentadas al país, la ‘guerra contra el narco’ de Felipe Calderón, o atacar los problemas de raíz, ‘abrazos, no balazos’, del presidente Andrés Manuel López Obrador, ella no coincide con ninguna:
“Ni una ni otra, son dos extremos. La fuerza sí la necesitas, por supuesto, al principio, pero necesitas, yo lo comparo con una bomba, tienes que determinar dónde está cada uno de los cables y cortarlos con mucho cuidado para que no reviente la bomba, lo que le pasó a Calderón.
“Calderón vio el avispero, lo apedreo y no sabía cuántas avispas había adentro, y resulta que eran más avispas que lo que tenía de fuerza el Estado.
“Lo que se construye alrededor para garantizarse la seguridad no sólo tiene que ver con el gobierno sino con que la sociedad tenga confianza en su gobierno donde se tomen decisiones donde pareciera que no tienen que ver con la seguridad, pero sí tienen que ver, por ejemplo, la ley laboral.
“En Yucatán no puedes pedir antecedentes penales para solicitar un trabajo porque si cometiste un delito menor y fuiste a la cárcel, pero fuiste debidamente rehabilitado y reinsertado en la sociedad, sales a buscar un trabajo con antecedentes y nadie te lo da ¿y cuál es tu opción? Volver a delinquir.”
Yo nací feminista
Ivonne Ortega siempre ha sido feminista, aunque no lo entendía como tal hasta que empezó a documentarse sobre el tema y su referente a quien admira es su mamá.
“Mi mamá era una mujer que trabajaba muchísimo, era solidaria con sus hijas y al momento de tomar las decisiones te aconsejaba lo que era correcto, pero te acompañaba.
“Mi hermana mayor fue mamá soltera muy joven y para esa época era casi sacrilegio, sus amigos, que no eran tan amigos, le decían ‘quítale lo que le compraste’ ‘sácala de tú casa’ y mi mamá decía ‘¿cómo la vamos a sacar si es nuestra hija?’ y decidieron aguantar la crítica de afuera protegiendo a su hija, entonces ahí es donde vas entendiendo esta parte del feminismo y ahora digo yo nací feminista, no me formé, nací”.
Como mamá, Ivonne Ortega expresa que trata de formar a su hijo Álvaro con una visión feminista, en el sentido de que como hombre tiene la capacidad de lavar trastes, planchar ropa. “La actividad que le toque hacer no le define su género y ese es el mayor compromiso que podemos tener las madres que nos ha tocado tener hijos varones en formarlos con esta mente abierta”.
Las decisiones difíciles se deben tomar solas; en política no hay amigos
Ivonne Ortega recomienda que las decisiones difíciles se tomen solas, “porque el único que puede tener el beneficio o afectación es el que toma la decisión y luego, después de tomarla, he encontrado gente que me acompaña, tanto política, educativa o personal”.
La ahora legisladora federal reconoce que en política no hay amigos. "Se tiene o se cree que se tiene amigos, pero difícilmente puedes construir amigos en la política porque la política siempre va a ser intereses".
"Yo tengo muchas experiencias de amigos que se decían muy amigos, pero eran amigos del cargo, hay que tenerlo claro, hombre o mujer el que tenga amigos en la política, los amigos los tiene del cargo no de la persona", añadió.
Mi militancia en el PRI, como un matrimonio
Ivonne Ortega militó en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) por 29 años, ocupó la secretaría general y buscó ser su dirigente nacional en el proceso en el cual Alejandro Moreno fue elegido.
Ortega recordó que ya no se hubiera sentido cómoda siguiendo militando ahí. "Si revisas los estatutos, el programa de acción, pues es un partido que, si se aplicara en la realidad, seguiría siendo una opción para México, lamentablemente los dirigentes fueron olvidándose de la verdadera representación que es las necesidades de la gente".
"Yo ya no me sentí representada, incluso si me apuras diría que ya era incómoda para el partido porque me atreví a ser oposición dentro del partido teniendo el gobierno el partido", explicó.
"Decidí cerrar esa etapa, divorciarme de mi partido y hay quienes me han pedido mi opinión sobre lo que está pasando hoy y digo 'yo ya no milito en el PRI, no tengo derecho a opinar sobre él'", expreso.
JLMR