Desde su trinchera, Jacqueline L’Hoist ha buscado combatir la discriminación y garantizar los derechos de las mujeres, prueba de ello es que fue precursora del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México (Copred) y la Unidad de Género de Grupo Salinas, la primera instancia de este tipo en América Latina creada por una televisora.
En entrevista para MILENIO, L’Hoist Tapia recuerda que desde que trabajó en Fundar le atrapó el tema de las mujeres, niñas y los derechos humanos, aunque cuando estuvo de cerca con la teología de la liberación se dio cuenta de muchas desigualdades.
“Mi camino empezó desde una posición donde yo acompañaba toda la línea de la teología de la liberación, en ese momento yo trabajaba con comunidades eclesiales de base, concretamente en la (alcaldía) Magdalena Contreras, y ahí no solamente conocí la pobreza, y estuve cerca de lo que significan las carencias, sobre todo la violencia urbana que es diferente a otras violencias. Ése fue un parteaguas importante en mi vida, indiscutiblemente en donde conocí la marginación de lo que significa estar fuera de estos contextos sociales urbanos, cómo es vivir en la periferia de la ciudad.”“Yo recuerdo a una mujer de estos grupos eclesiales de base que una vez me dijo ‘ya me cansé de ser la tambora de mi pareja’, la golpeaba sistemáticamente y para mí no fue un parteaguas en términos de mi opción por las mujeres, sino también hoy por hoy no me reconozco como una mujer religiosa”.
En una entrevista para el Lado B de MILENIO, en enero de 2020, L’Hoist explicó que desde muy joven no permitía ser víctima de alguna injusticia, pues cuando un profesor en la secundaria comenzó a gritarles ella no se dejó.
“Iba en segundo de secundaria en un colegio de monjas y llegó un nuevo maestro de matemáticas y empezó a gritar, estuvo a punto de aventarnos el borrador. Me sentí tan enojada que me paré y le grité que ¡cómo se atrevía! y fue su último día”.
Algunas de las razones por las que L’Hoist se desmarcó del camino religioso fue por los casos de abuso sexual a menores de edad al interior de la iglesia, así como la violencia, aunque sigue siendo una mujer espiritual y cree en un Dios que pueda ser también Diosa.
“Yo sí creo en Dios, me parece que son dos cosas diferentes: una cosa es formar parte de una religión y otra son las creencias; soy una mujer espiritual, pero no soy practicante de ninguna iglesia, pues, (…) yo creo en un Dios que puede ser Diosa, por supuesto, y además creo en una espiritual que puede estar ligada a varias concepciones que no solo tiene que ser las tradicionales”.
“Una verdadera tragedia”, que sólo 4 estados reconozcan el derecho a decidir de las mujeres
L’Hoist lo dice sin rodeos, el panorama que ella ve está “mal” en el sentido de los pocos avances para que las mujeres decidan sobre su propio cuerpo en el país.
“Lo veo mal, desafortunadamente, no quiero equivocarme, la última legislación no la tengo clara, pero creo que son cuatro entidades federativas las únicas que han reconocido el derecho de las mujeres a decidir, lo cual nos habla de una verdadera tragedia, ni siquiera hay una posición clara a nivel federal, no hay un empuje para que en las entidades federales se reconozca.“Mi posición es muy mala porque sigue habiendo embarazos adolescentes, porque el índice de violaciones en nuestro país crece sistemáticamente y entonces hay muchas mujeres que están embarazadas en contra su voluntad, no deseados o que truncan su proyecto de vida”.
Considerar al antisemitismo como discriminación, algunos de los logros en Copred
Al paso de los años, L’Hoist recuerda el papel que le tocó desempeñar en Copred como fundadora de dicha institución y algunas de las batallas que tuvo en la defensa de los derechos de los habitantes de la Ciudad de México, como la oportunidad de las personas trans para modificar su género ante el Registro Civil.
“Por un lado está todo el tema de las personas trans, afortunadamente a mí me tocó impulsar la modificación en el Registro Civil para que las personas a partir de los 18 años no tuvieran que hacerlo (mediante) un proceso en el juzgado de lo familiar sino un proceso administrativo.
“Me tocó abrir esa brecha y gracias a eso apenas la semana pasada la Ciudad de México está permitiendo que las niñas y los niños a partir de los 12 años puedan reconocer su género, me da gusto que se hizo en ese momento, hoy haya alcanzado unos nuevos caminos y las niñas y los niños puedan reconocer su género”.
Otro momento de satisfacción para L’Hoist tiene que ver con el religioso, pues durante el tiempo que fue presidenta de Copred, “yo me pude acercar con la comunidad judía y a que se reconociera el antisemitismo como una conducta discriminatoria y desde ahí que pudiera quedar implementado en la ley y después en la Constitución de la Ciudad de México”.
“Y en ese sentido, pues poder haber impulsado y que se realizara en México la primera reunión de América Latina de mujeres musulmanas, hoy un tema tan fuerte por todo lo que está pasando en Afganistán”.
Otro tema, el cual reconoce L’Hoist, aún sigue pendiente es que las mujeres embarazadas no sean despedidas de su trabajo.
Las presiones por impulsar dichos temas estuvieron presentes, pues L’Hois fue perseguida por grupos religiosos y la atacaban con diversos calificativos.
“Yo recuerdo esta sesión del rosa no es como lo pintan, se llamaba esa película, algo así, bueno tuve una persecución muy fuerte de parte de grupos religiosos que no pude nunca identificar a qué religión pertenecían, pero que sí me atacaban, me llamaban bruja, lo cual no me importaba porque amo a las brujas, soy nieta de brujas, hija de brujas, pero no era eso sino la palabra peyorativa que era usada en ese momento para querer invalidar lo que se hace: a las brujas se les quema en leña verde”.
Creer lo que hace y el apoyo familiar son algunas de las armas que L’Hoist tiene para resistir presiones o ataques derivadas de su labor, tanto como servidora pública como de activista.
“A mí me gustaría decirte que ya le ganamos al machismo, pero no es cierto, pero sí le hemos arrebatado un buen de terreno. El mismo reconocimiento de las mujeres trans es un avance lo que significa en el terreno del machismo donde solamente la mirada de un genero dual, que es lo que quieren, esos avances son importantes”.
JLMR