En 31 años, Tamaulipas solo ha tenido tres candidatas a la gubernatura. La primera, Juana García Palomares en 1992, postulada por el Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, y en 1998 Elizabeth Calderón Contreras y Nelly López Vera del Partido del Trabajo y Verde Ecologista, respectivamente.
Desde hace 25 años no ha habido otra mujer candidata al máximo cargo de elección popular en la entidad, lo que García Palomares ve como un área de oportunidad para acelerar la formación de cuadros femeninos que disputen el derecho a ser postuladas.
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La actual directora de Igualdad de Género en Berriozabal, Chiapas y también representante legal de la Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre “Santa Cecilia”, considera que “Tamaulipas se quedó en el limbo”.
Cuando ella resultó postulada a la gubernatura, fue su partido quien la impuso. “Yo no luché por esa candidatura, fue una tarea que el partido me impuso, éramos cuadros del partido”, recuerda la ingeniera química industrial, quien salió de su hogar en Ciudad Mante a los 15 años para irse a estudiar a la Ciudad de México.
De pronto, siendo asambleísta en el Distrito Federal, Rafael Aguilar Talamantes le dijo “Juanita, eres tamaulipeca y entonces te vas de candidata a Tamaulipas, pides licencia”. Al otro día ya estaba ella en Ciudad Victoria iniciando su misión.
Hija de padres cañeros, fue su progenitor quien le pidió estudiar ingeniería química industrial para defenderse de abusos cometidos en el Ingenio Azucarero de su ciudad natal, aunque él mismo reconocía que su vocación eran las ciencias sociales y le decía que un día sería política.
“Al final la vida me llevó a la política, era asambleísta, logramos romper paradigmas en esa legislatura, pero había que participar en la elección”. En su campaña, que tuvo como slogan “Tamaulipas es nuestro, recuperémoslo”, no gastó más de 60 mil pesos y tuvo de contrincantes a Manuel Cavazos Lerma y Jorge Cárdenas González.
Juana García propuso que juntos, partido y pueblo dieran la batalla, dijo hablar con honestidad y sinceridad, pero ante todo con sencillez a la ciudadanía, que vio “harta de candidatos que al llegar al pueblo se olvidan de sus electores”.
En sus discursos proselitistas, subrayaba que más del 60% del electorado se abstiene de votar por la falta de sinceridad de los candidatos y porque había “un montón de agravios” en todo el estado.
Afirmaba que los cacicazgos se habían apoderado del estado y ofrecía un programa de reconstrucción política, económica y social. Juana García Palomares, tenía 32 años cuando fue postulada, ahora tiene 62 y recuerda que buscó cimbrar las conciencias.
Hombres y mujeres no deben estar enfrentados
Hoy en día, ve necesario construir escenarios donde hombres no estén enfrentados con mujeres, crear sociedades igualitarias para hacer grandes transformaciones “pero no para enfrentarnos entre nosotros”.
Los partidos de izquierda en su época, refiere, impulsaban la participación de las mujeres, había un cúmulo de ellas haciendo labor desde el activismo. “El partido decía te vas y te vas (a participar por alguna candidatura) y yo me vine a Tamaulipas con mucho gusto”.
La principal barrera que enfrentó como candidata fue la hegemonía del partido oficial, un priismo que aunque ya estaba herido de muerte con el Frente Democrático Nacional, era difícil vencerlo.
“No había debates, las campañas eran de otra manera y no teníamos espacios en los medios de comunicación, pero no nos amedrentaban, íbamos detrás del sueño de poder transformar a Tamaulipas, teníamos el corazón puesto”.
En ese entonces, no había manera de que las mujeres pudieran defenderse de violencia política de género, aunque afirma no la padeció.
Solo lamenta que su partido haya perdido el registro en 1997, después de que en el año 1979 sumaron casi un millón de votos. Todo este testimonio lo dio Juana García Palomares en una presentación organizada por el Ietam.
SJHN