La imaginación populista

Si el cuento populista es capaz de seducir es porque conecta con experiencias de una democracia atascada, que no activa los contrapesos ni los relevos, que consagra privilegios y exclusiones

Jesús Silva-Herzog Márquez
Ciudad de México /

Estoy de acuerdo con José Antonio Aguilar cuando advierte que la razón populista es el polo opuesto a la razón liberal. Así valdría entender al populismo y al liberalismo como códigos que permiten descifrar el mundo a su modo. Cristales que imponen un color a la realidad. Populismo y liberalismo se ubican en los extremos del entendimiento contemporáneo. Por ello precisamente, vale la pena asomarse a las dos imaginaciones. Una echa luz sobre la otra. No es necesario adoptar la receta populista ni apropiarse de sus fantasías para apreciar los argumentos de su diagnóstico. El populismo nos ofrece una oportunidad de ver la otra cara del proyecto liberal. Valdría aprovecharla.

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JOS

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