La lucha de mujeres ha sido agotadora, pero no estamos cansadas: magistrada Villafuerte

"Al patriarcado le incomoda todo; gracias a las mujeres valientes que alzaron la voz en el proceso electoral, las autoridades aún estamos en deuda", dijo la magistrada.

Gabriela Villafuerte, magistrada de la Sala Especializada del Tribunal Electoral. (Archivo)
Jannet López Ponce
Ciudad de México /

La magistrada Gabriela Villafuerte señaló que el dolor, el trauma y el hartazgo de las mujeres para romper el sistema patriarcal se transformaron en revolución, y aunque ha sido una lucha agotadora, las mujeres no están cansadas, o al menos no lo suficiente para detenerse hasta parar la violencia en su contra.

Durante la sesión de la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), la magistrada Villafuerte, la única mujer en esa sala, emitió un posicionamiento en el que sostuvo que la violencia contra las mujeres es “una verdad latente”, pues todas han sido violentadas al menos una vez incluida ella misma, a veces con disimulo o violencia sutil, y otras con una clara agresividad.

Destacó que esta realidad que lamentablemente sigue siendo presente y no pasado, llevó a las mujeres a levantarse en revolución y rebeldía por no querer seguir sometidas al sistema patriarcal y, aunque no ha sido fácil, la lucha no se detendrá.

“Esa incomodidad, ese dolor, ese trauma, ese hartazgo colectivo son la fuente de la inconformidad que hemos transformado en rebeldía y revolución. Una revolución que cada una hace a su manera y desde su trinchera, porque, como hace algunos días lo dijo la señora ministra en retiro y presidenta de la Mesa Directiva del Senado, Olga Sánchez Cordero, ‘las mujeres aportamos una visión diferente, porque también miramos, sentimos e interpretamos diferente", dijo.
“Esta lucha es agotadora, pero no estamos cansadas, al menos no lo suficiente para detenernos. Hoy más que en cualquier momento pasado, las mujeres estamos consientes que la lucha por una está defendiendo a todas, y que la que alza la voz ahora honra a las que antes nos abrieron brecha y abriga a las niñas y jóvenes. Nos queremos vivas y libres, ¡basta ya de violencia!”.

La magistrada expuso que las mujeres no pueden dar un paso atrás, mucho menos cuando en México cada día hay 11 feminicidios, y son decenas de mujeres que cada semana no volverán a casa.

Explicó que “claro que apareció el miedo” en las mujeres como consecuencia de todas las violencias que se volcaron hacia ellas para presionarlas y obligarlas a obedecer, a guardar silencio y a no reclamar, para que pasaran desapercibidas y porque su vida estaba de por medio.

“La violencia en nuestra contra se da porque quisimos salir a la vida pública y, con ello, amenazamos un sistema establecido: el patriarcal. Desobedecimos y escapamos del molde con el que el patriarcado quería tenernos encerradas y a su disposición, dejamos de ser sirvientas de reflexión, en el fondo, lo que es, es que el repudio del patriarcado hacia las mujeres va más allá y tiene una base disparatada. Le incomoda todo".
"Le incomodan las mujeres cuando envejecen, pero también las que se hacen operaciones estéticas, las que tienen altos grados académicos y las que no completaron la educación básica, las que tienen varios hijas o hijas y las que deciden no ser madres, critican el cuerpo de las que cuidan su peso y de las que comen lo que se les antoja. A las mujeres solteras y a las que prefieren la vida en pareja, a las que salen de sus casas para trabajar y a las que también minimizan por cubrir las labores del hogar y del cuidado. En resumen, es como sula intención fuera borrarnos del mapa o más fácil y sencillo, invisibilizarnos”.

Como lo hace en cada sentencia relacionada con violencia política de género en la que lee un mensaje dedicado directamente a la denunciante, ya sea que la decisión conjunta con los dos magistrados integrantes de la sala dé o no la razón a la víctima, la magistrada Villafuerte agradeció a las aspirantes, candidatas y funcionarias que se atrevieron a denunciar y sostuvo que se debe reconocer que las autoridades electorales aún están en deuda.

“Las mujeres valientes, que en este proceso electoral rompieron la barrera del miedo para alzar la voz y denunciar violencia política contra ellas por ser mujeres: a ustedes les agradezco que nos abrieran los ojos para descubrir sus realidades cargadas de complicaciones, para encontrar oídos y puertas abiertas, su acercamiento hacia las autoridades jurisdiccionales implica que creen que las sentencias que emitimos pueden hacer una diferencia y tejer una red, físicamente invisible, pero capaz de evitar la caída libre de las mujeres, para que podamos vivir en equidad e igualdad. Estamos en deuda para abonar a la eliminación de la violencia de género”.

EHR

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