Lava de volcán Cumbre Vieja se desacelera y genera dudas sobre su llegada al mar

El flujo ardiente ha presentado un gran contraste en su velocidad tras consumir más de 300 viviendas y 164 hectáreas en Islas Canarias.

El volcán Cumbre Vieja generó masivas evacuaciones por su erupción.| Reuters
José Antonio López y Agencias
España /

La lava del volcán Cumbre Vieja de la isla de La Palma ha desacelerado en Islas Canarias, aunque en su actividad, la estructura geológica sigue expulsando el flujo ardiente y gases tóxicos, los mismos que llegarán al resto de España en las próximas horas, multiplicando así los estragos entre los habitantes.

De acuerdo al programa Copernicus, la nube de dióxido de azufre puede llegar en las próximas horas a la Península por la zona de la Región de Murcia. Ayer, ya pasó sobre Argelia y Marruecos.

La lava "se ha ralentizado pero sigue su camino inexorable", advirtió en conferencia de prensa Ángel Víctor Torres, presidente regional de las Islas Canarias, aconsejando a los vecinos no intentar nada contra ella y evitar maniobras que les pongan en peligro.

"Ante el avance de la lava, que tiene bastante altura, no se puede hacer nada (...) Ni una barricada, ni una zanja, ni un parapeto (muro de piedra) paran de ninguna manera el avance de la lava. Ojalá así fuera, pero no lo es, es imposible", precisó la autoridad.

El pronóstico proporcionado por el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus sostiene que el dióxido de azufre empezará a avanzar por el Mediterráneo. En concreto, afectará a gran parte de la Península e Islas Baleares; sur de Francia; norte de África; Córcega, Cerdeña y Sicilia, así como oeste y sur de Italia.

A pesar de esta expansión, la opinión de los expertos en materia de la salud ha tenido algunos contrastes, esto porque si bien algunos alertan que el peligro está en la proximidad que se tenga ante las nubes tóxicas, otros insisten en que no es riesgoso para el organismo y que, aunque llueva y estas partículas se integren en la lluvia, ésta no será corrosiva, sino que modificará ligeramente su pH para hacerla algo más ácida.

El dióxido de azufre es uno de los gases más comunes emitidos durante una erupción volcánica, que también libera a la atmósfera dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno y haluros de hidrógeno. Es un gas incoloro con un olor acre que irrita la piel y los tejidos y las membranas mucosas de los ojos, la nariz y la garganta.

Mientras tanto, la lava del volcán más joven de España sigue en trayectoria descendente hacia el mar arrasando con todo lo que se interpone a su paso. 

Se registran más de 6 mil evacuados y, como se actuó con tiempo, antes de su erupción el pasado domingo, no hay pérdidas humanas. La lava ha cubierto 166 hectáreas y engullido 350 inmuebles. Las pérdidas económicas se cifran en 400 millones de euros (casi 9 mil 407 millones de pesos).

Un enorme río de lava llegó el miércoles a una llanura y frenó hasta desplazarse apenas a cuatro metros por hora. El lunes, al día siguiente de que comenzara la erupción en la isla de La Palma, se movía a 700 metros por hora.

Como consecuencia de la reducción en la velocidad de la lava, el comité científico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) tiene dudas de que vaya a llegar al mar.

El modelo matemático utilizado indica que las coladas de lava continuarán avanzando en los próximos días. Lo harán lentamente, tal y como ha asegurado el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende. 

"(No hay) ahora mismo ninguna seguridad de que el avance va a culminar en el mar",  dijo Morcuende.

Las causas de la reducción de la velocidad son principalmente dos: la viscosidad de la lava ha aumentado, debido a que pierde temperatura; y que está rellenando “determinados hoyos naturales”.

Ahora toca esperar, aunque ninguna hipótesis está descartada, tanto la que contempla que llegue al Atlántico como la del estancamiento.

​OMZI

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