Lee aquí las firmas de MILENIO del miércoles 1 de abril de 2020

Éste es el resumen de Opinión en Milenio del 1 de abril.

Este es el resumen de las columnas de hoy en Milenio. (Especial)
Ciudad de México /

Carlos Puig - Día 10: La crisis allá que será enorme aquí

El año pasado, el envío de remesas familiares a México desde Estados Unidos sumó 36 mil 48 millones de dólares, 7 por ciento más que el año anterior, el mayor monto desde que se tiene registro. Solo en diciembre del año pasado fueron 3 mil 83 millones de dólares. En 2018 representaron el 2.7 del PIB del país. En Michoacán, Oaxaca, Zacatecas y Guerrero, las remesas son el diez por ciento del valor agregado bruto. La semana pasada el departamento del Trabajo de Estados Unidos anunció que tres millones trescientos mil trabajadores habían pedido su seguro de desempleo en una semana. La cifra más alta en la historia del país, cinco veces mayor a la más alta en la historia, que tenía fecha de 1982. Esta crisis en Estados Unidos y en el mundo es y será sobre todo una de desempleo. Malos tiempos para los paisanos que han migrado y sus familiares aquí.

Diego Enrique Osorno - Falsos negativos

A principios de marzo, una amiga a la que llamaré Liz, volvió a Ciudad de México con síntomas de coronavirus tras un viaje a Nueva York. Diez días después de iniciar cuarentena, al no sentir mejoría en su salud, fue remitida al INER. Tras ser valorada, le confirmaron que padecía todos los síntomas pero no le aplicarían la prueba. Entonces se dirigió al Hospital ABC para pagar un examen privado que le permitiera saber si estaba infectada. Luego de ser analizada, el médico a cargo le informó, sin entrar en detalles, que no podían entregarle resultados por el momento. Luego acudió a otro Hospital Ángeles Interlomas donde le aplicaron el examen y le dieron un resultado negativo. Sin embargo, un día después, el resultado pendiente de la prueba que se había hecho en el Hospital ABC, en la cual le notificaban que había dado positivo al Covid-19... En medio de la pandemia que demanda de pruebas rápidas en ocasiones hay falsos negativos

Héctor Aguilar Camín - El coronavirus y el Estado

La pandemia del coronavirus ha revivido al leviatán que temen, con sobrada razón, la democracia y el orden liberal: el Estado grande que manda sobre la sociedad y sobre la economía, el Estado llamado a filas por la emergencia del coronavirus. Vemos gobiernos cerrando fronteras, ciudades declaradas en cuarentena, ciudadanos recluidos con toques de queda, y gobiernos activos en imponer estas cosas, con el consentimiento de su sociedad , a menudo con el reclamo de que no hayan actuado antes con rigor y premura suficientes .

Del fondo de la pandemia sanitaria y económica que invade al mundo, los reclamos que surgen de la sociedad son ordéname, protégeme, regúlame, gobiérname. La historia ha cambiado ya, lo que hay adelante es un futuro de Estados fuertes, en cuyo elenco pueden reclamar una medalla de eficacia las dictaduras del globo , o al menos China, que parece ejemplo suficiente. ¿El otro coronavirus?

Rafael Pérez Gay - Moska y Ned

En mis cuentas, desde hace diez días la autoridad ha pedido a la sociedad no salir de casa salvo para asuntos indispensables. Para mí, llevar a la Moska a una caminata matutina es indispensable. El andador de la calle de Mazatlán, camino magnífico. Por si hiciera falta, me explico: la Moska es una pastora belga malinés de máscara negra. Inspira respeto, lo reconozco, empezando por mí que la llevo con cuerda corta. No voy a decir nada de las jacarandas, que quede claro. Días oscuros, le digo a la Moska; contagios a la vuelta de la esquina, enfermedad, muerte. El paseo debe ser muy temprano para evitar contactos indeseados: 7:30 de la mañana. Allá vamos. No deja de impresionarme la forma en que se repelen quienes caminan por el andador. Me escondo detrás de un árbol si alguien viene corriendo. Supongo que piensa que unos pulmones grandes le salvarán la vida. Igual y sí se la salvan.

Joaquín López-Dóriga - Las horas decisivas del presidente

Efectivamente, primero es la vida que la bolsa, eso cuando hay alternativa, pero hoy es la vida y la bolsa, la salud y la economía. Los datos de la pandemia se dan todos los días con método y rigor, sus riesgos y paliativos, también. Pero para la crisis económica no hay el QuédateEnTuCasa ni la acción colectiva porque es cuestión de políticas públicas nacionales y de los organismos financieros globales.Y me refiero a México. El sector empresarial ha insistido en ayudas fiscales y financieras y el gobierno se ha negado por ahora. El mismo presidente ha dicho que no va a rescatar a ninguna gran empresa. En fin, vamos a esperar su mensaje trimestral, el domingo, en el que dijo que anunciaría los planes ante la crisis económica que de persistir y ahondarse, pondría en riesgo sus programas, su gobierno, las metas de la 4-T y el destino de país.

Fernando Escalante - Experimentos

La epidemia ha convertido al mundo en un inmenso laboratorio, en el que se llevan a cabo docenas de experimentos de todas clases. La parte médica es la que tiene menos novedad: encontrar la vacuna puede ser un proceso más o menos complicado, lento, encontrar medicamentos que sirvan para paliar los síntomas, entender, medir la tasa de contagio, las mutaciones, pero es fundamentalmente lo que se hace con cualquier otro virus. Los experimentos políticos, jurídicos, sanitarios, son mucho más interesantes porque sus resultados son absolutamente impredecibles. Las reacciones de los gobiernos son muy diferentes de cualquier cosa que hayamos conocido. No sólo porque la amenaza sea nueva, que lo es sólo hasta cierto punto, sino sobre todo porque los recursos tecnológicos, jurídicos y políticos con que se cuenta son nuevos. El resultado es una combinación de expedientes medievales con una tecnología como la que pudo imaginar Aldous Huxley. Acaso la posibilidad de rastrear, geolocalizar como se dice, los movimientos de cada ciudadano día por día sirva para mitigar en algo la epidemia, pero desde luego sirve también como ensayo general para cualquier otra cosa.

Epigmenio Ibarra - Quédate en casa

Llegó el momento de quedarse en casa. Suicida e inútil hubiera sido encerrarse antes de tiempo. De nada hubiera servido hacer caso a los llamados histéricos de quienes, con el pretexto de contener al COVID-19, querían paralizar al país desde hace tres semanas. De todas maneras, la epidemia habría llegado y el costo -acrecentado- lo hubieran pagado los más pobres, los millones que viven al día, los que fueron abandonados a su suerte por el viejo régimen. Ahora sí toca a quienes no desempeñan trabajos sustantivos encerrarse en su hogar. Es momento de abrir el corazón, ver a las y los otros, reflexionar, crear vínculos, imaginar las formas en que habremos -como familia, como comunidad, como país- de abrirnos paso hacia adelante, y es el momento, también, de cerrarle la puerta a los canallas, a los infames, a los mentirosos que quieren que en México imperen el caos y la muerte.

Guillermo Valdés - La irrelevancia del Covid y de la recesión

Hace dos semanas me preguntaba en este espacio, si además de la crisis del Covid-19 y de la recesión económica, tendríamos una tercera causa de la crisis de gobernabilidad debido a una gestión equivocada de los dos primeros fenómenos. Hay crisis de gobernabilidad cuando las capacidades (legales, presupuestales, operativas, etcétera) del gobierno son rebasadas, ya sea por demandas sociales y/o económicas de la sociedad, o por situaciones como la pandemia o una recesión económica. En esas situaciones si no se toman medidas radicales para incrementar las capacidades del gobierno y aminorar las presiones sociales, la situación se deteriora aceleradamente, porque la falta de respuesta empeora la situación y además enoja a la sociedad, la cual incrementa las demandas, agravando la incapacidad gubernamental. En pocas palabras, la incompetencia presidencial y de su gobierno agravarán el riesgo de un impacto prolongado de la epidemia y de una crisis económica de larga duración y ello va a multiplicar innecesariamente los daños sociales, económicos y políticos. Él mismo está matando su proyecto.

Sergio López Ayllón - Más allá de quedarse en casa

Vivimos tiempos extraordinarios y por ello las respuestas deben ser igualmente excepcionales. La epidemia genera condiciones inéditas que nos obligan a enfrentar un problema de dos caras. Primera, evitar la parálisis ante lo inesperado, asumir el riesgo y actuar con decisión, con base en el conocimiento y de la mejor información disponible. Segunda, no permitir que esas medidas excepcionales, justificadas por la urgencia, se conviertan, después, en un patrón de normalidad. Dicho de otro modo, y seguramente por las tensiones y diferentes visiones que existen en el núcleo responsable de tomar las decisiones, parece que la perplejidad le ganó a la asertividad, y que perdimos tiempo en generar el marco normativo que permitiría la toma de decisiones que, en algunas hipótesis, podría acercarse a una suspensión de garantías. Aún tenemos oportunidad, aunque muy breve, para expedir las acciones contundentes que en el aliento sanitario, económico y laboral se requieren para enfrentar el tamaño de la crisis que ya tenemos sobre nuestras espaldas. Quedarse en casa es imperativo, pero hay mucho más que hacer.

Carlos Marín - Disculpas mutuas y unidad nacional

López Obrador habla todos los días de “adversarios” con los que mantiene una inexplicable, innecesaria y absurda guerra virtual. Casi nunca da nombres pero, en sus generalizadoras descalificaciones y descargas de insultantes epítetos y burlonas definiciones ideológicas, cabe la totalidad de quienes lo tocan con el pétalo de una discrepancia o lo critican de manera frontal. Son: cínicos, reaccionarios, conservadores, vende patrias, periodistas chayoteros, intelectuales orgánicos, ladrones, saqueadores, corruptos, fifís, y un largo etcétera… a los que pide unidad. Uno de los pocos a que alude con frecuencia es Felipe Calderón, a quien jamás le ha perdonado el “fraude electoral” que nadie ha podido probar. Ayer, al hablar de la pandemia, lo citó así: “No le hace que el ex presidente Calderón haya puesto que comí con el hermano de Guzmán Loera, y era un médico del Seguro, pero a lo mejor hoy ofrece disculpas. Pero eso no importa, porque la gente sabe distinguir, lo interesante es que busquemos la unidad en estos momentos, es una tregua, un mes…”. Y que su antecesor le toma la palabra.

Gil Gamés - No soy monedita de oro

Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, el Presidente defendió el saludo que de una forma amable le entregó a la mamá del Chapo Guzmán allá en Badiraguato: "A veces le tengo que dar la mano, porque es mi trabajo, a delincuentes de cuello blanco que no han perdido su respetabilidad, cómo no se la voy a dar a una señora, se me hace mal hacer eso. De las cosas que más me duelen en esta vida, lo confieso, es no poder dar la mano, no poder abrazar, pero por las medidas estoy procurando guardar sana distancia y voy a seguirlo haciendo, pero hay casos en que no puedo". Con el perdón, pero no estamos ante “cualquier ser humano”, sino ante uno de los grandes criminales de la delincuencia organizada de México. Por cierto, a Gilga también le duele no dar la mano, no repartir abrazos y ya entrados en gastos no dar besotes en el cachete.

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