El gobierno federal informó que hoy entra en vigor la disposición oficial de eliminar o reducir las grasas trans en la industria de alimentos y bebidas ultra procesadas y subrayó contar con las herramientas jurídicas y legales para imponer sanciones económicas; asegurar y destruir productos, sustancias y objetos; desalojar o desocupar los edificios por violar la adición del artículo 216 Bis a la Ley General de Salud con la que se pretende reducir hasta 50 mil decesos anuales.
“Hoy, hace 180 días, se aprueba la ley, se publica el decreto, entra en vigor. ¿Qué quiere decir que entra en vigor? ¿Hoy que va a ser diferente a ayer? Tal vez la gente se puede preguntar, bueno, a partir de hoy el producto, eso, ya está prohibido. No, o sea, en principio, desde el punto de vista legal ya no se pueden utilizar ese tipo de aceites parcialmente hidrogenados en alimentos. Estamos eliminando la materia prima de los productos”, explicó Ruy López Ridaura, dirección General del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades.
Y con la adición del artículo 216 Bis a la Ley General de Salud, dijo, no solo se limita el uso de aceites parcialmente hidrogenados, conocidos como grasas trans, para adicionar alimentos y bebidas no alcohólicas, sino que también estos se produzcan en el proceso o fabricación teniendo como limitante que no deben de rebasar los 2 gramos del total de grasas.
Si bien, aclaró, la entrada en vigor de eliminación y reducción de las grasas trans carece de una ruta de aspectos normativos y de reglamentación, por parte de la Cofepris para vigilar al sujeto regulado, la misma industria de alimentos y bebidas cuenta con experiencia en los países donde ya se aplica desde hace años estas restricciones de grasas que en realidad son “un veneno” para el consumidor.
“En Estados Unidos, Canadá y Perú sí cumplen la norma que elimina las grasas trans, pero en nuestro país han tratado de evadir tal cumplimiento”, aseveró tras recordar que la adición se publicó en el Diario Oficial de la Federación el pasado 24 de marzo, por lo que las empresas tuvieron seis meses para revisar cuestiones de logística, suministro y calidad de ingredientes, procesos y productos para poder reemplazar las grasas trans.
López Ridaura informó que, sin duda, enfrentarán una batalla de amparos promovida por dicha industria de alimentos y bebidas que buscarán “corromper” y distorsionar la ley con tal de defender “unos cuantos pesos”.
“Ya veremos cómo vienen, pero eso sí, tratar de declararla inconstitucional, eso no podrán”, aseveró tras lamentar los intentos de judicializar las disposiciones legales por razones de ganancias económicas.
Pero el gobierno federal no cederá en su política de eliminar de México de “ese veneno” que termina por tapar las arterias y causar enfermedades cerebro y cardiovasculares, hasta cáncer.
Y la idea es que este año, comentó, México quede libre de este tipo de productos perjudiciales a la salud tanto en los estantes de las tiendas. Además, dijo que, si se limita este tipo de grasas, los restaurantes y puestos de venta de comida serán guiados para una manufactura más saludable, sobre todo, porque ese tipo de aditivo no es de venta libre.
Con la reforma, detalló, se trata de eliminar todo un proceso común en la industria de alimentos y bebidas que desarrolló desde hace años un aditivo, es decir, manufacturó las grasas con el único propósito de evitar que sus productos se hicieran rancios y, por el contrario, se mantengan sólidos, a temperatura ambiente, en los anaqueles.
“Este artículo va dirigido a la eliminación. Los ácidos grasos deben de estar afuera, porque esos ácidos grasos solo generan ventajas a la industria para que sus productos no se hagan rancios, sin considerar que resultan altamente peligrosos y perjudiciales para la salud”.
López Ridaura subrayó que diversos productos comerciales como donas, bizcochos, galletas, todos los pastelillos y diversos alimentos fritos, por citar algunos, se deben prohibir más allá de tratar de centrar la discusión en “una preferencia personal”, o en “la libertad del individuo de que haga con su cuerpo lo que quiera” o en limitar las políticas públicas en sugerir “comer frutas y verduras; bájales a las carnes”.
Con los estudios efectuados a lo largo de los años sobre la dieta de los mexicanos, añadió López Ridaura, se determinó que hasta un 30 por ciento de las calorías provienen de productos ultra procesados y que dichos artículos adicionados con esas grasas son siete veces peor que las grasas naturales, “son puro veneno”.
“Son catalogados en España como alimentos basura”, explicó Lilia Margarita Valdez Martínez, presidenta de la Comisión de Salud del Senado de la Republica tras aclarar que, aunque la ley aplicará a restaurantes y puestos callejeros de comida, jamás se podría comparar “unas carnitas” con supuestos “pollos” a los que se les adicionó un tipo de grasa para que “cruja” y no se desperdicie ni un gramo.
En conferencia de prensa, Valdez Martínez comentó que “con la entrada en vigor de la reforma propuesta para reducir el consumo de grasas trans de uso industrial permitirá incidir en la disminución de la tasa de mortalidad por año en nuestro país, vinculadas con el consumo de los productos que contienen ese tipo de aceites hidrogenados.
“México llega en septiembre de 2023 a la meta fijada por la Organización Mundial de la Salud para finales de este año” sostuvo la senadora.
En tanto, el diputado Joaquín Zebadúa Alva; secretario de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados señaló que la “mano invisible del mercado” obstruyó por más de un año el avance de la iniciativa para eliminar las grasas trans y que, ahora, México con el acompañamiento de la OMS/OPS se establecen los indicadores permisibles.
Erick Antonio Ochoa, director de Salud Justa Mx, resaltó la sociedad civil será la vigilante de que se cumplan los artículos, como el 395 de la Ley General de Salud, que señala que cualquier omisión o incumplimiento de los sujetos regulados podrán recibir desde orientación hasta sanciones. “Seguiremos el proceso de implementación de la prohibición del uso de grasas trans y denunciaremos intromisiones de las industrias que producen productos nocivos, a las que solo importan sus ganancias sin importar los daños a la salud”.
LG