Expertos en educación, senadoras, ex legisladoras y ex diputadas de oposición, coincidieron en que los nuevos libros de texto gratuitos son un disfraz para justificar intenciones políticas, imponen una pedagogía radical y doctrinaria, pretenden dividir a la sociedad, atacan al imperialismo, fomentan el odio hacia los Estados Unidos y cada uno presenta más de 40 errores en su contenido.
En el marco del foro Libros de texto gratuitos frente a los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes, organizado por la senadora del PAN Josefina Vázquez Mota, recordó que se hace una mención de ella por haber impulsado las escuelas de tiempo completo.
La ex secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, aseguró que estos libros son una “cadena de ocurrencias y errores”, porque lo que se pretende repartir es un “crimen contra los derechos de las niñas y los niños”.
Expuso que estos libros pretender ser un instrumento del oscurantismo, para condenar a millones de niñas y niños no sólo a la ignorancia, sino también al adoctrinamiento.
En tanto, Kenia López, vicecoordinadora del PAN, se pronunció por parar esta campaña de ideologización que lamentablemente ha emprendido el gobierno federal.
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado señaló que “lo que está pasando con respecto a los libros de texto de gratuitos ha puesto en alerta a las mamás, a los papás, al personal docente y a todo México entero”.
Dijo que la actual administración ha sido negligente en temas educativos y es “inadmisible que el gobierno federal haya diseñado una ruta para adoctrinar a la niñez mexicana con datos falsos, sesgos políticos e información errónea”.
En tanto, Gilberto Guevara Niebla, director de Investigación Educativa de la Universidad de Guadalajara, lamentó que la elaboración de los libros de texto se haya dado a espaldas de la sociedad y quebrantado la ley, “se hicieron incluso a espaldas de los maestros, que sólo tuvieron oportunidad de participar en una consulta superficial en asambleas estatales”.
El ex líder estudiantil en 1968, dijo que lo que proponen los nuevos libros es una pedagogía radical y doctrinaria, “la acción educativa que proponen tiene una intención antisistema, es decir, se enfoca contra la cultura capitalista moderna”.
Afirmó que la educación que proponen no se orienta hacia las necesidades y problemas de la nación, sino que su objetivo es abordar los problemas que existen en los espacios sociales que rodean a cada escuela, barrios, colonias populares y pueblos, a los que se denominan comunidades.
“La doctrina antiliberal que guía a los libros de texto, condujo a quitar al alumno de la posición central que ocupaba en el proceso educativo y, en su lugar el centro de la educación fue otorgado a una entidad colectiva que es la comunidad, comunidad de aula, comunidad de escuelas y comunidad y quiere hacer un viraje de la cultura moderna universal hacia la cultura popular.
“Como sabemos, se abandonan las grandes disciplinas del conocimiento y se concede prioridad a los saberes populares, a las creencias, a los mitos, a las leyendas, a las memorias, a las narrativas locales. Se está asumiendo en estos libros que la cultura popular es irreconciliable con la cultura universal. (…) Toda esta pedagogía y didáctica son en realidad un mero disfraz para justificar intenciones políticas concretas, estos libros solo pueden dar por resultado una regresión en la escuela y en la educación de niñas, niños y adolescentes”.
Expuso que lo que se propone con estos libros es que cada alumno se convierta en activista del cambio social y sus contenidos tratan temas de la comunidad, pero lo hacen de manera abstracta y general, “siendo libros nacionales y únicos no pueden abordar los temas y problemas concretos de cada comunidad”.
Julio Castillo, director de la Fundación Rafael Preciado, criticó a Leticia Ramírez, secretaria de Educación (SEP), pues “no tiene gran currículum en la materia”.
Señaló que con estos libros el gobierno lo que pretende es dividir a la sociedad, atacar al imperialismo y enconar el odio hacia los Estados Unidos.
“Esa hostilidad política, otra vez la política del mural, donde están los buenos de un lado y los malos del otro; los ángeles y los demonios, cuando la vida no se divide en buenos y malos, sino que es una escala de grises tremenda. (…) Recomendando a quien le lleguen esos libros los guarden, porque algún día van a valer mucho dinero. (…) Algún día van a valer como valen las publicidades del franquismo o el estalinismo, porque son la prueba de que hubo gobiernos que intentaron cambiar la historia, que intentaron manipular hasta los niños”.
El presidente de Suma por la Educación, Francisco Landeros Gutiérrez, llamó a los libros una “Wikipedia chafa”. Dijo que los textos presentan errores y vulgaridades y los calificó como “fascículos anarquistas”.
“Pero, aquí podemos encontrar, contrario a lo que decía el señor Marx Arriaga, que sólo había veinte errores en total, ¿no? Hemos detectado errores, aproximadamente 40 en cada libro, más a parte la pedagogía errónea”, señaló.
La ex senadora del PRD y actual coordinadora de Futuro XXI, Angélica de la Peña, refirió que los nuevos libros de texto no cumplen con el objetivo de excelencia y tampoco garantizan la mejora continua en la educación.
“Los libros de textos gratuitos fueron diseñados unilateralmente por el gobierno, sin tomar en cuenta a los gobiernos estatales, a madres y padres, a especialistas, como lo obliga la Constitución como siempre había sido”.
Verónica Juárez, ex diputada del PRD, mencionó que estos libros han generado dudas e incertidumbre en la sociedad, en el magisterio y en los padres y madres de familia, llevando el clima de confrontación y división política a las escuelas, “dividiéndonos en dos bandos, los que quieren y los que no quieren los libros de texto”.
LP