El consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, sostiene que “hay INE para mucho rato”, pues considera que no es necesaria una reforma electoral si el 6 de junio se demostró que el sistema funciona bien y con éste se puede llegar a la elección presidencial del 2024.
Minimiza los amagos de cualquier actor político por desaparecer el INE, incluidos los del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues afirma que la única aprobación que el interesa al árbitro es la de la ciudadanía, y esa ya la tienen.
Se dice satisfecho de la que fue, la última elección federal que estuvo en sus manos y reconoce retos a cumplir para los próximos tres años cuando se vuelva a disputar la silla presidencial.
¿Cómo está el INE después del 6 de junio? ¿Satisfechos?
Sin duda, bueno, todavía no acaba la elección, todavía está en curso la fiscalización que el 22 de julio deberemos resolver en Consejo General y las impugnaciones que deberá resolver el Tribunal Electoral para a más tardar el 23 de agosto, hacer la designación de las 200 diputaciones de representación proporcional.
Con ello habrá concluido el proceso electoral que hasta ahora ha sido tan exitoso que lo calificamos como el mejor proceso electoral porque lo hicimos en medio de una pandemia, de violencia y de descalificaciones al árbitro como nunca las habíamos visto y mucho menos proviniendo desde el circuito gobernante.
El 7 de junio vimos a un Presidente que se dijo contento pero que no reconoció al árbitro electoral...
La verdad, el único reconocimiento al que aspira el INE es el de la ciudadanía y ese lo tenemos. Lo demás son dichos de los actores políticos y no nos enganchamos porque no es nuestro rol. El trabajo se hizo impecablemente, y eso es ampliamente reconocido, habrá que no le gustará ese tema pero es un asunto de cada quien, no de nosotros.
El Presidente sigue insiste en una reforma electoral que impactará directamente al INE ¿la cree posible?
Yo te diría primero, que no es urgente una reforma electoral y la mejor prueba es que organizamos la mejor elección de la historia con el marco normativo que hoy tenemos, con la institucionalidad electoral que hoy tenemos y vuelvo a insistir, tanto del punto de vista técnico, como del punto de vista logístico, como del punto de vista operativo y también desde el punto de vista político, que todo esto en su conjunto por cierto propició un reconocimiento internacional que no se había visto.
Si no hay reforma y lo digo con mucha franqueza, no pasa nada, hay áreas mejorables, pero podemos ir al (20)24 con estas normas y con esta organización electoral y con las mismas garantías.
¿Qué las cosas pueden mejorar? Claro que sí y creo que valdría la pena. Qué bueno que el Presidente puso sobre la mesa las plurinominales, qué se discuta y ojalá haya más representación proporcional, ojalá avancemos hacia un sistema donde la representación refleje de mejor manera la expresión de las y los ciudadanos emitida en las urnas, creo que al contrario de lo que se dice debería incrementarse la representación proporcional, llevarla un 50%, evitar la sobrerrepresentación porque donde hay sobrerrepresentación hay una distorsión de la voluntad ciudadana.
Otro ejemplo: las urnas electrónicas o el voto por internet para los y las mexicanas en el extranjero, quizá eventualmente modificar la ley para que estos mecanismos puedan utilizarse.
Son ejemplos de cómo vale la pena eventualmente hacer una reforma electoral, pero yo te diría, para qué hacer una reforma electoral que no es indispensable, sobre todo después de las elecciones del 6 de junio vale la máxima o la expresión anglosajona de que "si funciona no lo arregles porque lo puedes descomponer".
Si queremos una reforma nada más por hacer una reforma electoral lo que podemos provocar es que lo que hoy funciona bien, no funcione ya en el futuro. Y debe ser producto del consenso, no basta una mera mayoría, aquí las reformas electorales hay que entenderlas como parte del acuerdo civilizatorio de convivencia política, no basta una mayoría simple para aprobar una reforma, claro numéricamente sí, pero políticamente no.
Y tercer punto que la reforma sea como las anteriores, que vayan mejorando poco a poco el sistema que tenemos; no lo califico, pero el representante del partido político mayoritario en el Consejo General dijo que era tiempo de pensar en regresar la organización de las elecciones a la Secretaría de Gobernación, yo lo que digo es, pues de ahí venimos, es echar a la basura 30 años de evolución. Lo que digo es: bienvenida una reforma electoral si va a mejorar lo que tenemos, si lo va a empeorar y va a implicar regresiones, pues yo te diría no gracias, no.
¿Cuáles serían personalmente, para Lorenzo Córdova, los tres momentos más complejos que superó como cabeza del árbitro?
Yo lo abriría al tiempo porque éste es el último proceso electoral federal que como presidente del INE me va a tocar conducir o coordinar, yo saldré de mi cargo el 3 de abril de 2023 y los tres momentos coinciden con las tres elecciones federales.
La elección federal de 2015 fue enormemente desafiante. Fui objeto de una intervención telefónica con la complacencia y displicencia del Estado, por cierto, han pasado seis años y mi denuncia ahí está y ni antes ni ahora se ha hecho nada y aguantamos.
En 2018 se disputaba la joya de la corona del servicio público, que es la Presidencia de la República, ahí el árbitro fue descalificado por trinos y troyanos, a mí se me acusó por muchos actores de ser condescendiente y de estar favoreciendo a Andrés Manuel López Obrador y paradójicamente, del otro lado se me acusaba de actuar en su contra, así que estábamos haciendo nuestro trabajo como árbitro.
Y el tercero en esta elección, pues estas acusaciones inéditas desde el propio poder político. Entiendo que haya decisiones de ley que no les gustan a los actores políticos, es normal, no solamente piensan en el bien común, piensen en su interés personal y el INE no, el INE no piensa en favorecer a ningún actor, él no piensa en favorecer ninguna campaña, ningún gobierno y eso implica que haya quien se enoje y eventualmente que se pronuncia en expresiones inconcebibles.
Como que el INE debe ser exterminado, así lo dijo el presidente del partido en el gobierno o que iban a visitarnos a nuestras casas, es decir amenazas directas y sin ambages, claras y con el evidente propósito de amedrentar y condicionar al árbitro y, pues el árbitro no se dejó amedrentar ¿en qué acabó esa historia? pues en la mejor organización de la mayor elección de la que tengamos memoria.
También hay cosas en las cuales hacer autocrítica, por ejemplo los falsos indígenas a los que el INE les aprobó candidaturas y la violencia en contra de las mujeres...
La autocrítica siempre tiene que estar presente; creo que tenemos que hacer un corte de caja, ver qué funcionó y qué no funcionó. Exigimos la declaración 3de3 en términos de violencia política contra las mujeres, una declaración de buena fe en la que afirmaron que no fueron condenados por violencia pero el Tribunal Electoral al final nos dijo que no podíamos cancelar candidaturas, y creo que todo esto tendrá que mejorarse, si nada más va a ser una declaración de buena voluntad, pues la pregunta es ¿para qué la pedimos?, si no va a servir para algo más ¿para qué la pedimos?
Pese a los dardos recibidos, los que siguen recibiendo y los que vendrán, ¿el hoy INE se siente fuerte?
La mejor construcción institucional que hemos hecho en los últimos 30 años que es esta institución producto no de quienes estamos aquí, sino de la conciencia de millones y millones de ciudadanas y ciudadanos y cada vez que hay elecciones las vuelven una realidad, de fuerzas políticas que creyeron en construir a lo largo del tiempo las condiciones para la recreación democrática de la vida política del país, gracias a eso hay INE para mucho rato afortunadamente.
JLMR