Temas que marcan agenda, preguntas sacadas de la manga, solicitudes personales, voceros de políticos y fieles seguidores de la Cuarta Transformación han sido la constante de las 148 conferencias mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde aquella mujer que pide apoyo porque en un banco le cobraron 450 pesos de comisiones, hasta el que quiere saber qué tipo de sangre es el Presidente porque dice, él fue donador de Luis Donaldo Colosio.
Las conferencias también se han convertido en un espacio comercial para algunos, quienes desde portales con pocos seguidores y sin experiencia como periodistas han logrado posicionarse en las redes sociales como cercanos al Presidente.
Las mañaneras han sido accidentadas desde el inicio. En la segunda conferencia una activista se hizo pasar por reportera y al finalizar se lanzó contra López Obrador para hacerle una petición personal.
Otros reporteros han pasado 10 minutos exponiendo su visión del gobierno, más que cuestionando al Presidente o pidiéndole información.
En otras ocasiones, han sucedido incidentes que salen de las manos de López y de su equipo. El día en que un apagón le impidió seguir su mensaje y habló durante 30 minutos primero completamente a oscuras y luego con una lámpara improvisada hasta que la luz volvió. Todo eso, mientras él permanecía firme sin interrumpir su mensaje.
O el día en que una falsa alerta sísmica lo hizo terminar su mensaje pidiendo calma.
Pero fiel a su estilo, el Presidente también ha aprovechado para reír y bromear. Como aquel día en que quiso recordar los tropiezos de su antecesor Enrique Peña Nieto.
“Hoy es 21, comenzamos este plan hace 12 meses… perdón ¡dos meses!, parecen dos años… no, un año… bueno ¡menos!”, expresó en referencia al conocido traspié de Peña Nieto.
O cuando sus propias bromas terminaron impidiéndole hablar con una carcajada que tuvo que explicar: “Es claro: el gobierno no tiene sindicatos, no tiene partido…. me estoy riendo porque es como una porra grosera de los Pumas…. Este… este… ¡Pero sí! Así, no tenemos nada de eso".
Y aunque cada día se ven caras nuevas, la primera fila ha dejado de ser un espacio para que periodistas cuestionen de primera mano al Presidente y se ha convertido en una zona en donde el más ágil gana, no precisamente el que tenga credenciales de reportero.
Aquellos que con una de las mil 600 acreditaciones que repartió la vocería de la Presidencia de la República, por las mañanas son reporteros y por las tardes voceros de políticos. Y algunos días, no tienen temor a delatarse.
“Aunque sé que voy a recibir críticas, porque van a decir que soy el palero oficial del Presidente, pero eso no importa, hay que decir lo que pasa”, dijo uno.
Y que en algunos casos, reciben el espaldarazo presidencial “Muchas gracias, porque son muchos los que están en contra en los medios, que tú estés a favor, pues equilibra un poco”.
Este lunes 1 de julio será la primera conferencia ordinaria que el Presidente suspende por motivo de su informe de actividades a un año del triunfo en la contienda electoral. Adicional a los días festivos como Navidad, Año Nuevo y Semana Santa en los que también suspendió labores.
RLO