"Somos profundamente provida, en el sentido correcto de la palabra"

MUJERES QUE LUCHAN

El estigma del aborto alrededor del mundo es tan grande que solo una marea de millones de mujeres podría desmitificarlo

El CLUH y Marea Verde se manifiestan afuera del Congreso de Hidalgo. (Jorge Sánchez)
Melisa Agüero
Pachuca /

Este 28 de septiembre se celebró, como desde hace 30 años, el Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal y Seguro, fecha que, en nuestros tiempos, es reconocida con un símbolo: el pañuelo verde.

Son tantas las mujeres que lo han portado desde 2018 y otras más las que se siguen sumando a las movilizaciones, que se han convertido en una Marea Verde. “Lo maravilloso del movimiento social –porque no es un colectivo ni una organización ni un grupito de personas ni, mucho menos, una sola activista– es que se adapta, trasciende y da voz a todas las mujeres”, dice orgullosa Daniela Téllez Del Valle, de la organización civil Di Ramona y una de las cientos de jóvenes que integran el movimiento Marea Verde en Hidalgo.


El famoso pañuelo verde es un símbolo heredado de los pañuelos blancos que las Madres de la Plaza de Mayo portaban en sus cabezas como protesta por las desapariciones de sus hijos, esposos y hermanos durante la dictadura argentina. En nuestro estado, a inicios de 2019 comienza la campaña Marea Verde Hidalgo, promoviendo la Ley de Interrupción Legal del Embarazo”, explica.


Lol Canul Mota es una de las más jóvenes adheridas a este movimiento. “En Hidalgo, varias mujeres hemos trabajado el tema desde hace años, identificarnos con el movimiento fue una consecuencia lógica. Para mí, ser defensora de los derechos de las mujeres me otorgó una gran libertad, además, porque soy psicóloga social. Cuando me liberé de los estereotipos de género, me liberé también de muchos estigmas sociales.


“Todas hemos crecido en un sistema patriarcal, en donde las mujeres nos vemos en desventaja; los estigmas son una forma de control. Con la mitificación del aborto también se estigmatiza. Las mujeres que abortan, que acompañan, que defienden derechos, recibimos estigmas; con el movimiento sabemos que no estamos solas”, dice. Miles de mujeres esparcidas por todo el mundo, algunas sin conocerse, han incidido en políticas públicas que a su vez han cambiado el presente y futuro de muchas.


¿Qué hay que desmitificar del aborto?

“Todo. Todo lo que aprendimos del aborto seguramente vino de la cultura misógina, así que, yo diría que hay que deshacernos de todo lo que sabemos. Para empezar, hay que mencionar que ninguna de las generaciones ha crecido con una educación integral de la sexualidad, al contrario, hemos aprendido una serie de mitos que nos alejan de comprender todo lo que hay de fondo”, replantea Lol, maestra en Ciencias de la Salud y activista independiente.

Desde la terminología utilizada, la cual se imprime en las leyes que redactamos, los humanos tenemos una idea negativa del aborto, que se desprende desde la desinformación que cargan las personas encargadas de educarnos desde el nacimiento, ya sean nuestros padres o nuestros profesores. Desde el término ‘concepción’, extraído del vocabulario bíblico, se habla de algo que científicamente no se puede comprobar, pues no hay método certero que determine en qué momento ocurre, evento que además, comúnmente es confundido con la fecundación.


Y los medios de comunicación, ¿cómo se están sumando a la idea estereotipada del aborto?

“Necesitan informarse y autoanalizar qué tanto estigma aún tienen respecto a este tema. Mientras los medios sigan hablando desde el estigma y la polémica y no desde una perspectiva de derechos humanos y desde la vivencia de las mujeres y las niñas, vamos a seguir con dificultades para encontrar medios veraces”, continúa Daniela.

Aún en estos días –sobre todo desde que el partido que encabeza la presidencia de la República, Morena, estableció como agenda política legislar a favor de la interrupción legal del embarazo– muchos medios, al cubrir el avance en los congresos, siguen ilustrando las notas periodísticas con imágenes de mujeres en un estado avanzado de embarazo, cuando las iniciativas de ley desplegadas en los distintos estados hablan de despenalizar el aborto máximo hasta las 12 semanas de gestación. Esto sumado a que la mayoría de los abortos se llevan a cabo entre la cuarta y sexta semana de gestación, cuando se presenta el primer atraso en el ciclo menstrual, que en nada tiene que ver con la formación de un feto, argumento que los grupos religiosos muestran para descontextualizar la idea del aborto.

“Se puede observar en los términos que usan, los encabezados que ponen, el manejo que dan a las notas e incluso las imágenes que usan para ilustrar. Seguramente hay quienes ni siquiera entienden aún dónde está el problema, es la señal clara de que necesitan informarse. Entonces, las notas que hacen están sesgadas y algunas tienden a la desinformación, eso no es periodismo profesional”, agrega Lol Canul.


¿Hay una relación entre la ilegalidad del aborto y los feminicidios?

Es una realidad que seguir forzando a las mujeres y las niñas a maternar las vulnera y las sigue condenando a sufrir violencia de todo tipo. Muchas mujeres que viven en relaciones violentas, no salen de ellas porque, entre otras cosas, las y los hijos las enlaza con su agresor; para esas mujeres, que la gran mayoría de las veces viven vidas precarias, no es tan sencillo romper ese lazo, pues conlleva dependencias emocionales, económicas, chantajes por parte del agresor, cargas sociales como el de ‘la mamá luchona’, ‘la quedada’, y en casos de comunidades hasta de negocios entre familias”, puntualiza Daniela de la organización Di Ramona.

Asimismo, “la criminalización de las mujeres que decidimos abortar y los feminicidios son formas de misoginia y de violencia social contra las mujeres. Aquí estamos identificando también el control de un sistema patriarcal y misógino sobre los cuerpos de las mujeres de varias maneras: en el control de su reproductividad, en la decisión de maternar, en la expresión de su sexualidad, en su salud y en su derecho a la vida.

“Incluso se habla del feminicidio como una forma de control social en contra de las mujeres; hay mucha teoría al respecto, se señala como una forma punitiva del patriarcado que legitima toda forma de violencia contra la mujer para mantener el status quo. La violencia como fenómeno es muy complejo, multifactorial y profundo, la violencia de género y contra las mujeres es todo un rubro que estudiar”, analiza Canul Mota, quien además es activista por los derechos de los animales y el medio ambiente.

¿Cómo pueden sobrevivir las feministas al estigma por apoyar el aborto?

“Conocer nuestros derechos humanos es otra forma de liberarnos (del estigma social). Hay tres aspectos fundamentales para nosotras: el derecho a tener derechos, el derecho a ejercer derechos y el derecho a defender derechos”, dice contundente Lol Canul.

“Construir en comunidad, entendernos y reconocernos entre aliadas de confianza. Además es indispensable tener claro que esta es una lucha de largo aliento, que implica hacer frente a siglos de adoctrinamiento judeocristiano y machista que se ha quedado instalado en nuestras mentes. Creo que Marea Verde es una esperanza de vida plena para las mujeres, creo que somos profundamente provida en el sentido correcto de la palabra, porque estamos a favor de una vida digna para las mujeres y las infancias. Nada me hace sentir más orgullosa que hablar de aborto, ser acompañante de mujeres en situación de aborto y ser parte de la Marea Verde”, concluye Téllez del Valle.

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