Margarita no tiene nada de doña

Este detallado perfil de Margarita Zavala hoy puede ayudar a comprender mejor a esa política que dejó el PAN, arrancó una fuerza propia y se ganó un lugar en el juego. Sí, a pesar de haberlo dejado.

Margarita Zavala, la doña de la contienda, renunció a la candidatura presidencial que con tanto esfuerzo y firmas había conseguido.
Editorial Milenio
Ciudad de México /

Margarita Zavala llegó a la boleta presidencial en 2018 tras reunir 870 mil 168 firmas, pero a la política entró 33 años antes, a los 16 casi 17. Su familia ampliada —cercana— incluye a Salvador Nava, notable opositor en San Luis Potosí, y sus padres no fueron ajenos ni a la vida partidista ni a la lucha electoral. Panistas de sangre vieja, su padre pisó la cárcel y su madre fue militante antes de que se reconociera el voto a la mujer. En su casa se respetó siempre a dios, se cumplió cada domingo con los rituales católicos, se veneró el Derecho, se detestó al PRI y se mostró con orgullo la orden de arresto a su padre. Dicen que esta orden, enmarcada, sigue adornando la sala de Mercedes, su madre.

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