En México se reconocen legalmente los múltiples usos industriales y médicos del cannabis y sus derivados desde junio de 2017, e incluso las primeras empresas legales dentro de esta empresa recibieron permisos en 2018; sin embargo, todavía existen diversos retrasos en términos de regulación para definir claramente el tipo de productos, usos y mercados, de acuerdo con HempMeds México.
Han pasado cinco años desde que se reformaron y adicionaron diversas disposiciones de la Ley General de Salud y el Código Penal para reconocer el uso de la mariguana con fines médicos e industriales.
El 13 de enero de 2024 se cumplen tres años de la publicación del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Control Sanitario para Producción, Investigación y Uso Medicinal de la Cannabis y sus Derivados Farmacológicos.
México, a diferencia de Brasil
En Brasil, este 2023 alcanzará ventas por encima de los 196.7 millones de dólares, duplicando su mercado desde 2021 debido a una serie de regulaciones que reconocen a ciertos cannabinoides, como el cannabidiol o CBD, la sustancia derivada de cannabis, con amplios usos terapéuticos que está liderando el mercado global.
En México sólo existe un reglamento emitido en 2021 para regular usos farmacológicos de la mariguana, la cual tiene como punto esencial declarar a derivados como medicamentos de grado farmacéutico, y olvidando las preparaciones herbolarias, pero sobre todo, imponiendo un alto grado de especialización a empresas que actualmente están limitadas en su operación y ventas dentro del mercado mexicano.
Raúl Elizalde, CEO de HempMeds, apuntó:
“Contar con regulación específica sobre los usos farmacológicos de la mariguana tiene puntos fuertes y débiles. En mercados muy maduros como Estados Unidos y Canadá, este tipo de regulaciones han sido positivas para asegurar el acceso a este tipo de productos; sin embargo, en esos mismos mercados, los usos medicinales reconocen a la planta, sin necesidad de procesos químicos y físicos para crear medicamentos, cosa que la regulación mexicana ha solicitado, complicando la operación y elevando los costos para este tipo de productos, pues necesitan procesos de investigación que sólo las grandes corporaciones farmacéuticas realizan para registrar medicamentos”.
Hasta la fecha, este reglamento emitido el 21 de enero de 2021 no ha presentado un solo registro de medicamentos, y pareciera ser que se trata de una regulación emitida únicamente como respuesta a la presión ejercida por la corte para que los reguladores mexicanos emitieran los reglamentos correspondientes a los cambios a la Ley General de Salud y el Código Penal Federal de 2017, e incluso incluye elementos regulatorios que detienen a otras empresas para sumarse a la “fiebre verde”, como por ejemplo los comercios de ropa que a nivel global cuentan con soluciones más amigables con el medioambiente, provenientes de las fibras del cáñamo y que no han podido integrar en su oferta para el mercado local, por no cumplir con lo expresado en términos de permisos y responsables sanitarios.
“Para que nuestro país pueda retomar el camino hacia el liderazgo global en la industria de la mariguana, y alcanzar la expectativa de tener un mercado con valor superior a los 275.30 millones de dólares en 2028, se debe contar con voluntad política para crear regulaciones específicas que generen certeza jurídica sobre los diversos mercados que tiene la industria”.
No sólo se debe promover el uso farmacológico mediante extractos altamente especializados, sino reconocer aplicaciones industriales y aceptar su integración dentro del mercado dentro de las categorías regulatorias y arancelarias ya existentes, además de promover la transformación del campo y la atracción de inversión extranjera con el fin de asegurar que México se encuentra en el camino correcto hacia el liderazgo que desde hace cinco años se espera para esta industria.
EDD