El caso del ex gobernador de Puebla, Mario Marín, es la historia de un político que llegó a la cúspide del poder y que 15 años después de ordenar “un coscorrón”, está en una prisión para responder por su presunta responsabilidad en el delito de tortura en agravio de la periodista Lydia Cacho, explicó Miguel Calderón Chelius, coordinador del Observatorio de Salarios y académico en el Departamento de Ciencias Sociales.
Resaltó que la situación que vive el ex mandatario poblano, Mario Marín Torres, quien fue presidente municipal de Puebla del 1 de febrero de 1999 al 31 de enero de 2002; y gobernador del estado entre el 1 de febrero de 2005 y 31 de enero de 2011, es una lección para los políticos que creen que no hay límites.
“Es una lección para el conjunto de políticos en el sentido de que hay límites que se tiene que tener mucho cuidado en no transgredir porque persiguen a lo largo de la vida. Mario Marín en la cúspide de su poder jamás imaginó lo que sucede 15 años después, detención por haberle dado un coscorrón a Lydia Cacho, como lo dijo en su frase”, apuntó.
Calderón Chelius recordó que la detención de Marín Torres es una respuesta luego de que el Comité de los Derechos Humanos de la ONU aprobó un dictamen que declaró al Estado mexicano como responsable de varias violaciones de derechos humanos en contra de Lydia Cacho.
“Me parece muy positivo que suceda y que los políticos vean que no son vulnerable, que el agua se mueve y que ahora pueden tener mucho poder y después no, y tienen que responder a lo que hicieron en determinado momento”, expresó.
Para el investigador en ciencias políticas de la Ibero Puebla, el caso de Lydia Cacho es emblemático porque demuestra uno de los problemas más importantes que aquejan a México, la falta de la aplicación de justicia.
“Se presentó la intervención de una corte internacional ante la influencia que estos personajes tienen para controlar los órganos jurisdiccionales locales. En este caso, la corte internacional ha representado un avance para la justicia en general.
“Esperemos que casos como estos no tengan que tardar 15 años para que los culpables sean llevados a la justicia y paguen por sus fechorías”, apuntó.
Agregó que el caso del ex gobernador de Puebla, Mario Marín Torres, quien era buscado desde hace casi dos años, después de que en abril de 2019 una jueza del estado de Quintana Roo emitió una orden de aprehensión en contra suya y de otras tres personas, el empresario José Kamel Nacif, el exjefe de la Policía estatal Adolfo Karam y su director de mandamientos judiciales, Juan Sánchez, implicados en la tortura contra Lydia Cacho, debe ser un llamado para que la justicia en México mejore.
“Es importante que la justicia mexicana comience a mejorar, un proceso que todavía no vemos y es una de las deudas pendientes no solo de este gobierno sino del Estado mexicano en su conjunto”, resaltó.
Por último, Calderón Chelis resaltó que, con Marín Torres, la impunidad dominó por 15 años; sin embargo, no es el único caso y México tiene una tarea pendiente. “Hay una enorme vulnerabilidad de todos frente al abuso de poder”.
AFM