Solo habían pasado unas horas de la detención del ex presidente peruano, Pedro Castillo, cuando su familia se presentó en la embajada de México en Lima para lograr lo que el día anterior no pudo: solicitar y acceder al asilo que el presidente mexicano ya había ofrecido.
Desde entonces, la esposa de Castillo, Lidia Paredes, y sus dos hijos menores de edad permanecieron resguardados y alojados en la sede diplomática mexicana desde donde, tras 12 días, salieron rumbo a México el martes 20 de diciembre.
En entrevista con MILENIO, el embajador Pablo Monroy Conesa, declarado persona non grata para el gobierno de Perú, describió la forma en que se dio el proceso de asilo para la familia de Castillo, las posibilidades para que se le otorgue al ex presidente en medio del proceso judicial en su contra y defendió la actuación de México ante el conflicto político originado el 7 de diciembre cuando Castillo intentó disolver el Congreso, al Poder Judicial, declarar estado de excepción, pero al final fue destituido.
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—¿Desde cuándo se hizo la solicitud de asilo para los familiares del ex presidente Castillo y desde cuándo se les dio el apoyo en la embajada mexicana en Lima?—
"La solicitud fue al día siguiente de los eventos, el 8 de diciembre. El jueves 8 de diciembre, cuando la señora Lidia Paredes y sus dos hijos menores de edad se presentaron en la embajada y solicitaron el asilo político, expresando temor por su vida, por su integridad, por su libertad. Por supuesto, México, la embajada y yo, conforme a la larga tradición de asilo político que ha mantenido nuestro país, procedimos a recibirlos. Evaluamos todas las circunstancias. Comunicamos a la Secretaría de Relaciones Exteriores, como lo prevé nuestra ley. Se lleva a cabo el procedimiento que está establecido en la ley en la materia y el gobierno de México decidió conceder el asilo diplomático, asilo político en su modalidad de diplomático, desde ese momento".
—¿Desde ese momento estaban protegidos en nuestra embajada, ya asilados por México?—
"Así es. Ya bajo la protección internacional del gobierno de México, conforme a la figura del asilo político y como lo marca también el derecho internacional y nuestra legislación. Y cuando hablo de derecho internacional me refiero a la Convención sobre Asilo Diplomático de Caracas de 1954. Procedimos a solicitar el salvoconducto a las autoridades peruanas, así como todas las seguridades para que pudiesen salir de territorio peruano y llegar sanos y salvos a México".
—¿Que hayan pasado varios días en la embajada antes de irse a México es parte del procedimiento?—
"La Convención de Caracas, a la que me refiero de 1954, establece que una vez que un país, un Estado recibe una solicitud de asilo, como fue este caso, tiene que comunicarlo a sus autoridades. Una vez que se resuelva la concesión o no concesión del asilo, en el caso de que sea positivo, tiene que hacerlo del conocimiento del Estado territorial, es decir, en este caso del Estado peruano y solicitar el salvoconducto. Eso toma algunos días. Lo tiene que hacer el Estado peruano que tiene que evaluar la concesión del asilo, una vez que el Estado aislante lo da el Estado Peruano está obligado a otorgar el salvoconducto. Eso, evidentemente toma un tiempo, pero finalmente fue otorgado y fue así que procedimos a organizar el viaje de la familia del presidente Castillo hacia México".
—¿Qué pasa con el ex presidente que visitó en prisión al día siguiente de la detención y ahí ratificó la solicitud de asilo? ¿El proceso está suspendido por estar detenido o cuál es el estatus?—
"El gobierno de México, apegado a esta histórica tradición de protección internacional, ya sea mediante el asilo político, mediante el refugio, por supuesto que estaba dispuesto a concederlo. Viene la detención e inicia ese procedimiento. Hay una detención preliminar y posteriormente se decide una prisión preventiva, con lo cual, materialmente no puede concretarse el asilo, pero la solicitud está formulada y está la disposición del gobierno de México a concederlo, por lo cual nos mantendremos atentos al desarrollo del proceso judicial para tomar decisiones en función del mismo".
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—¿Hay algún otro familiar del ex presidente que haya solicitado asilo y que por el momento no se le haya otorgado?—
"No puedo referirme a eso. Todo lo referente a las solicitudes de asilo son confidenciales. Las únicas solicitudes que hemos recibido hasta este momento son las que hemos podido procesar".
—Después de haber sido declarado persona non grata para Perú, ¿cuándo vuelve usted a México?—
"El regreso está previsto para este viernes por la mañana dentro del plazo de las 72 horas que fue señalado por la Cancillería peruana para abandonar el país. Estoy bien. Estoy tranquilo, con la satisfacción del deber cumplido".
—¿A pesar de los señalamientos que hacía la canciller de Perú que aseguró que México violó el principio de no intervención?—
"La política exterior de México siempre se ha regido por los principios rectores de previstos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El artículo 89, fracción 10. Uno de ellos, evidentemente, es el principio de no intervención en los asuntos internos. Y yo creo que la actuación de la Embajada, del Gobierno de México durante estos días, en los acontecimientos políticos aquí en el país, nos hemos regido por ellos. Respetamos la decisión soberana, por supuesto, del Perú, de declararme persona non grata, que es una decisión que toma el Estado peruano con base en elementos que ellos perciben y como siempre lo ha hecho México, respetuoso del derecho internacional, acatamos, pero todo lo que hemos hecho en estos días ha sido también en apego al derecho internacional."
México no reconoce o deja de reconocer gobiernos, únicamente se limita a mantener o a retirar a sus entes diplomáticos conforme lo considere procedente. La embajada se mantendrá aquí. Las relaciones diplomáticas entre México y Perú se mantienen subsistentes. Por lo cual, fieles a la doctrina Estrada, no nos hemos pronunciado expresamente sobre un reconocimiento o un desconocimiento del gobierno.
aag