México condenó ante el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el incremento de violencia sexual en situaciones de conflictos y postconflictos, alrededor del mundo.
En un debate abierto sobre el tema de la violencia sexual relacionada con los conflictos, convocado por Vietnam, en su calidad de presidente del Consejo de Seguridad durante abril, México condenó “la muy grave situación de violencia sexual que se observa en Etiopía, en la República Democrática del Congo, en Somalia y en Mali, entre otros muchos casos mencionados en el informe anual, presentado por el secretario general”.
Dicho informe alerta sobre el incremento de la violencia sexual asociada a conflictos, y su recurrente uso como táctica de guerra, represión y tortura, por grupos armados estatales y no estatales que han aprovechado la pandemia para seguir delinquiendo.
Durante su intervención en el debate, Alicia Buenrostro, representante permanente alterna de México ante las Naciones Unidas, recordó que los confinamientos y cuarentenas derivadas de la pandemia han exacerbado significativamente la violencia sexual y de género a nivel global.
Incluyendo, según Buenrostro, la violencia por parte del compañero íntimo y las prácticas tradicionales dañinas, y que ello, sumado a la proliferación y el tráfico de armas pequeñas en las zonas de conflicto y postconflicto, ha tenido un resultado devastador para las víctimas.
Durante el debate, México reconoció que aún falta mucho trabajo para transformar las normas sociales que “perpetúan la dominación patriarcal, la discriminación sistémica, los prejuicios, la desigualdad de género, y la estigmatización de las víctimas”.
En este sentido, Buenrostro hizo un llamado al Consejo de Seguridad a colocar a las sobrevivientes de la violencia sexual en el centro de los esfuerzos de prevención y atención para garantizar la prestación de asistencia legal, médica, y de subsistencia económica, con base en sus necesidades particulares y tomando en cuenta las múltiples barreras que enfrentan, según su origen étnico, edad, estatus migratorio, condición de discapacidad, orientación sexual e identidad de género.
Como una de sus prioridades en el Consejo de Seguridad, México se refirió también a la importancia de atender los traumas y efectos psicológicos de las sobrevivientes de este tipo de violencia, que pueden deteriorar su salud mental y bienestar psicosocial, con efectos negativos en sus vidas y en el desarrollo de sus comunidades.
Por eso, Buenrostro llamó a priorizar su acceso a este tipo de servicios y, de manera amplia, a todos los servicios de salud, incluyendo los de salud sexual y reproductiva. Subrayó igualmente, que mujeres y niñas con discapacidad deben ser un grupo prioritario en el acceso a estos servicios.
Paralelamente, México hizo referencia también a la falta de rendición de cuentas por parte de los perpetradores de esta violencia sexual y la impunidad como factores que contribuyen a la repetición de los delitos y urgió a contar con marcos jurídicos e institucionales que garanticen mecanismos de denuncia, investigación, enjuiciamiento y castigo de los culpables, con sistemas de justicia efectivos, independientes, imparciales, y con enfoque de género.
JLMR