Michoacán cerró marzo con 250 homicidios ligados al narcotráfico, lo que representa un promedio de ocho casos cada día.
Entre los asesinatos que más impactaron se encuentran el del presidente municipal de Aguililla, César Arturo Valencia Caballero, y el del periodista Armando Linares López.
Además, hubo nueve multihomicidios, entre los que destacan las masacres de Zinapécuaro, con 20 muertos; la de San Juan Nuevo Parangaricutiro, con cinco, y la de Zitácuaro, con cuatro.
Frente a la ola de violencia que vive la entidad, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla dijo que está “apretando el paso” para mejorar la seguridad.
Remarcó que la impunidad se combate en Michoacán, porque quien cometa un delito debe pagar por ello.
Confió también en que su estrategia contra la delincuencia funcionará en favor de la tranquilidad de la población.
La violencia durante marzo no tuvo freno; en los primeros siete días del mes ya se tenía el registro de 55 asesinados.
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En ese lapso, en Morelia fueron asesinados tres hombres en la colonia Gertrudis Sánchez y en Zitácuaro corrieron la misma suerte cuatro hombres.
Luego en Uruapan fueron reportados tres ejecutados y el día 10 en San Juan Nuevo Parangaricutiro un enfrentamiento dejó cinco muertos y 32 detenidos, mientras que en Villamar asesinaron a cuatro pasajeros de una camioneta.
El 17 de marzo, nuevamente en Morelia, se confirmó el hallazgo de cuatro cuerpos, dos de ellos descuartizados, en un camino hacia Atapaneo.
También en la capital, una semana después cuatro personas fueron asesinadas dentro de una vivienda en el fraccionamiento Misión del Valle y tres días más tarde, el domingo 27 de marzo, se registró la peor masacre en el estado: 20 personas fueron ejecutadas en un palenque clandestino en Zinapécuaro.
Ayer en Ciudad Hidalgo fueron ultimadas cuatro personas.
El gobierno federal se ha sumado a las tareas para restablecer el orden, pero los asesinatos no se reducen en Morelia, Uruapan, Zamora, Zitácuaro y Jacona, en virtud de que el Cártel Jalisco Nueva Generación, Cárteles Unidos y Los Correa mantienen una lucha sin tregua.
El gobernador Ramírez Bedolla aseguró que las reacciones violentas del crimen organizado son porque se están rompiendo inercias del pasado. “Se ha cortado de tajo con cualquier pacto con delincuentes… hoy tenemos un gobierno que tiene rumbo y que no está sometido a ningún grupo de la delincuencia”, puntualizó.
La Secretaría de la Defensa Nacional ordenó el envío de 3 mil 100 soldados más principalmente para blindar los municipios limítrofes entre Michoacán y Jalisco. Además, ordenó asimismo el despliegue de 11 bases de operaciones y la coordinación de operativos con los tres órdenes de gobierno.
Las instrucciones de los mandos superiores son proteger a la población y disminuir los índices delictivos. Funcionarios militares de la 21 zona afirmaron que el estado tiene una alta prioridad para el gobierno que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador e hicieron notar que se continuará actuando de manera contundente contra el crimen.
Desde hace 20 años, en Michoacán se han establecido distintas estrategias de seguridad, en las que se invierten miles de millones de pesos en aeronaves, patrullas, armas, uniformes, salarios y en programas sociales para amortiguar la pobreza que detona la violencia.
El crimen organizado ha recurrido a la tecnología en este año con el uso de drones y minas.