Con solo dos votos de respaldo y el de ella misma, Mónica Soto logró convertirse en la nueva magistrada presidenta del Tribunal Electoral a partir del 1 de enero de 2024, por lo que será la encargada de dirigir los trabajos para la revisión y validez de la elección presidencial.
Aunque incluso en sus momentos más difíciles el Tribunal Electoral logró impulsar una presidencia por consenso, con acuerdo de todo el pleno, incluido el magistrado que había renunciado a su silla, el caso de Mónica Soto será distinto.
Incluso, previo a ser nombrada, comenzó a operar movimientos dentro de la Sala Superior como en el área de comunicación social.
MILENIO confirmó que desde el pasado miércoles Mónica Soto intentó presionar para que se concretara la votación del cambio de presidencia esta misma semana, a pesar de que el “acuerdo de paz” logrado el lunes por la noche, era que Reyes Rodríguez Mondragón dejaría la presidencia el último día de diciembre y en este mes se tomaría una decisión por consenso, una vez que la magistrada Janine Otálora estuviera presente.
Sin embargo, al retomar la sesión este viernes, la magistrada Soto logró la votación a puerta cerrada, sin debate público y sin el respaldo de todo el pleno.
Solo los magistrados Felipe de la Mata Pizaña y Felipe Fuentes la validaron. Mientras que la magistrada Janine Otálora, decana de la Sala Superior, se conectó de manera virtual y emitió su voto en contra, al igual que el todavía magistrado presidente Reyes Rodríguez Mondragón.
El todavía magistrado presidente del Tribunal Electoral, Rodríguez Mondragón, señaló que “por convicción democrática” reconocería la decisión de la mayoría de la Sala Superior y le daría su apoyo en las atribuciones que tienen como jueces electorales durante la contienda de 2024.
“Con convicción democrática, reconozco la decisión de la mayoría por los magistrados en sesión privada y refrendo mi compromiso institucional. La magistrada Mónica Aralí Soto Fregoso contará con mi apoyo en las tareas y los proyectos del TEPJF de cara al proceso electoral 2024”.
Mónica Soto es la única de ese pleno junto con Felipe de la Mata Pizaña que, en todos los conflictos y presidencias inconclusas, nunca han presidido la Sala Superior; sin embargo, de la Mata ha externado que no tiene interés en asumir la dirección del tribunal.
Soto era el único perfil que podía impulsarse, a pesar de ser un magistrado sin buena relación con el pleno, incluidos los dos magistrados que votaron con ella, quienes durante varios meses no tuvieron relación alguna con ella.
El magistrado Felipe de la Mata Pizaña la felicitó en redes y le deseó “el mayor de los éxitos en esta nueva encomienda, ¡Enhorabuena!”.
Previo a esta votación privada, el tribunal dejó de lado las acusaciones públicas, pero mantuvo el ambiente ríspido y el distanciamiento entre magistrados. En una sesión exprés de 31 minutos resolvieron 36 juicios pendientes sin debatir los asuntos y solo limitarse a pronunciar “a favor”.