En medio del discurso de unidad y en el que se trazó la ruta para definir al candidato de Morena a la Presidencia, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, se bajó… dejó el templete en Toluca y con ello se movió de la histórica foto en la que el gabinete federal, 10 gobernadores y líderes del partido lanzaron su campaña para las elecciones de 2023 y 2024.
En Toluca, uno de los últimos dos bastiones priistas, y a pesar de ganar el aplausómetro en el que se careó por primera vez con las corcholatas morenistas, Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, el canciller abandonó el discurso de Mario Delgado y salió por un costado del escenario.
Desde muy temprano cientos de camiones partieron de diversos puntos del Estado de México hacia su ciudad capital, el mitin era frente al Teatro Morelos, a unos escasos 100 metros de donde despacha uno de los últimos dos gobernadores del PRI, Alfredo del Mazo, quien de proponérselo pudo usar un ventanal del Palacio de Gobierno y seguir el evento de manera VIP.
La autopista México-Toluca tenía corcholata favorita: la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, pues en cada puente peatonal se leía “CLAUDIA #TEAMLO. EDO. MEX. ES TU CASA. Bienvenida”, “EDO.MEX contigo CLAUDIA #TEAMLO”, la tipografía de las mantas era muy similar a las bardas y lonas también desplegadas en los accesos a favor del senador Higinio Martínez.
En la vía rápida, a la altura del poblado de Lerma un espectacular con la efigie del secretario de Gobernación en el que se leía “ADÁN AUGUSTO. BIENVENIDO AL ESTADO DE MÉXICO”, mismo que sería desconocido por el encargado de la política interior del país que calificó de “ilegal”.
Ya en el centro de Toluca, los ríos de prendas guinda se desbordaban en las calles, pero eso sí cada uno apoyando a su corcholata favorita. El que más apoyo tuvo fue Adán Augusto López, pues ya hay playeras, caricaturas y hasta pejelagartos con su imagen para respaldar sus aspiraciones.
Las muestras a Sheinbaum eran más en forma de porras, mientras que nadie mencionaba hasta ese momento a Marcelo Ebrard y de Ricardo Monreal ni quien lo echara de menos.
El primero en llegar al templete fue el gobernador de Nayarit, Miguel Ángel Navarro, al que poco a poco se le sumaron Alfredo Ramírez Bedolla, de Michoacán; Ricardo Gallardo, de San Luis Potosí; Lorena Cuellar, de Tlaxcala; Cuauhtémoc Blanco, de Morelos; Layda Sansores, de Campeche; Rubén Rocha, de Sinaloa; Rutilio Escandón, de Chiapas; Carlos Merino, de Tabasco; y Víctor Manuel Castro, de Baja California Sur.
Más tarde, se sumaron los gobernadores electos de Quintana Roo, Mara Lezama; Oaxaca, Salomón Jara y de Tamaulipas, Américo Villarreal. La que de plano sólo llegó a comer al restaurante Alexanders con Mario Delgado fue la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila.
De los funcionarios de gobierno que usaron su día de descanso para asistir al evento político fueron Jesús Ramírez Cuevas, vocero de la Presidencia; y las secretarias de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez; del Trabajo, Luisa María Alcalde y de Educación, Delfina Gómez, que jugaba en casa.
La organización del evento dispuso de dos pasillos de acceso al templete principal, uno por un costado y un gran pasillo central. Por el primero ingresaron todos los mandatarios y funcionarios de gobierno, incluidos los secretarios de Gobernación, Adán Augusto López, y de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, éste último no paró de lanzar besos al aire, tomarse selfies, abrazar y estrechar la mano de quien se lo pidiera.
Por el pasillo central y dejándose querer ingresó, ya cuando había comenzado el evento, Claudia Sheinbaum, a escasos centímetros de ella, Epigmenio Ibarra, quien no dejó de filmar cada gesto, cada expresión, cada mirada de la mandataria capitalina.
Cuando la jefa de Gobierno subió al templete no saludó a nadie, apenas tocó el brazo de Mario Delgado, quien le devolvió una sonrisa. Así las tres corcholatas favoritas de Palacio Nacional estuvieron al frente del evento, apenas separados por los dirigentes de Morena, de izquierda a derecha: Sheinbaum, Delgado, López Hernández y Ebrard.
Durante las presentaciones, fue más sonoro el apoyo al canciller Ebrard, a quien el presentador definió como “el representante de la transformación de México a nivel internacional”.
En segundo lugar quedó la mandataria capitalina, quien fue etiquetada como “la transformadora en el corazón de México” y varios decibeles abajo el secretario de Gobernación, quien sin importarle la medición sonora sonrío y disfrutó su anuncio.
Durante los discursos de Citlalli Hernández y los gobernadores electos, cada corcholata mostró su personalidad: Claudia revisando, tachando, cambiando, subrayando elementos del posicionamiento que luego leyó; Adán estaba en su hábitat, no dejaba de llamar a colaboradores, gobernadores, funcionarios y darles instrucciones, al público, le pedía calma, bajar banderas y sacaba su celular para grabar imágenes, mientras que Marcelo no tenía interacción con nadie, por momentos miraba algunos puntos frente a él, y en otros sacaba su celular y texteaba.
En sus discursos dejaron claro una cosa: “unidad”. Sheinbaum y López pidieron dejar intereses personales y velar por el proyecto de nación, mientras que Ebrard apeló por sus 22 años caminando con el presidente Andrés Manuel López Obrador y porque sea el pueblo el que decida quién será el abanderado en el 24.
En el turno de Mario Delgado, cuando hablaba de que “no podemos dividirnos” y que “ninguna persona va a destruir el liderazgo de AMLO”, Ebrard se bajó, dejó el templete para la sorpresa de Citlalli Hernández que lo flanqueba, la secretaria general de Morena, apenas y le avisó al secretario de Gobernación que solo miró a Marcelo Ebrard bajar del escenario.
Minutos más tarde, el dirigente de Morena lanzaba un mensaje con dirección a la corcholata renegada, Ricardo Monreal, “no vamos a cambiar la esencia, en Morena el pueblo manda, por eso las encuestas no las vamos a discutir, porque no es un proceso de selección”.
Mario Delgado adelantó que en un año se conocerá al abanderado de Morena a la Presidencia, esto tras dos encuestas, mismas que en otro momento detuvieron el futuro presidencial de Ebrard en 2012 y en la capital del país para Monreal en 2018.
“Aprovechando que hay interesados en 2024, les queremos decir que en un año más o menos vamos a emitir la convocatoria para una primera encuesta. Todos pueden participar. De ahí tendremos algunos finalistas que irán a una encuesta definitiva. Y ahí se decidiera quién encabeza el proyecto. Pero hay que decirlo con claridad, no es la persona, es el proyecto”, dijo.
Morena careó a sus corcholatas y de paso les planteo la ruta para su selección que será en un año. Monreal ni fue, Marcelo se bajó, pero Claudia y Adán aguantaron hasta el final.
JLMR